El primero que publicamos es el de Jefferson Valle Espinoza, cuyo relato impactó al resto de compañeros. Esperamos que os guste también.
Aquella mañana me sentí desfallecer, sentía que los rayos del sol azotaban mi frágil cuerpo mientras me dirigía a la mina. Durante el camino estuve pensando sobre por qué personas como yo trabajamos y morimos como esclavos para las grandes empresas, y no otros que sí se lo merecen.
Horas después sufrí una caída y desperté en una casa semilujosa, donde mis padres hablaban de temas normales y no se preocupaban de qué nos alimentaríamos hoy; donde mi madre podía quedarse en casa y no juntarse con bestias para satisfacer sus necesidades.
No quiero irme de este mundo, ni tampoco quiero que mis padres me dejen.
Muy bonito relato y por desgracia bastante real. Un gusto poder disfrutarlo.
ResponderEliminarISABEL