sábado, 18 de mayo de 2019

La sonata de las emociones (primer movimiento)

Pensé cómo había pasado todo, recordé…No era la persona más destacable; ni el más alto ni el más bajo, ni el más listo ni el más tonto, ni el más guapo ni el más feo. Y, sin embargo, alguien dedicó su tiempo a, con sus afiladas palabras, llenarme la mente de mentiras. Una a una, lentamente, a propósito para hacerme sufrir, y yo, en mi agonía, escapé...
Pero el daño ya estaba hecho y, para no sufrir más, me inmunicé. Dejé de sentir, no sentía mis heridas, ni las mentiras, ni las palabras; pero tampoco sentía alegría; no sentía nada por nada, nada por nadie; solo un sabor amargo en mi boca seca. Pero aprendí el arte de olvidar y seguí, como siempre, ocupado en nada…
Hasta que un día, por un capricho del destino, me crucé contigo y, emocionado, el sabor amargo se fue. Me fijé en tu forma de andar…pero no sentí nada, miré tus labios…nada, te miré a los ojos…nada. Pensé cómo había pasado todo, recordé…Y una ola de tristeza me invadió. Había bajado la guardia y los recuerdos se apoderaron de mí. Intenté hablarte, pero tú ya no me escuchabas, y lo último que sentí antes de romper en lágrimas fue un sabor amargo en mi boca seca.

                                   Alberto Alcaina Hernández 1ºESO/B (texto voluntario)


Nota aclaratoria de Alberto a la profesora (y a los lectores, por extensión): este texto es el primer movimiento de la sonata  Claro de luna de Beethoven expresado en forma de relato. Como la sonata tiene dos movimientos más, yo haré dos textos más; uno alegre y otro más furioso. Si sientes curiosidad busca en Google ``Moonlight sonata  Beethoven full´´.