Viernes 24 de noviembre de 2017, primera hora. Geografía, eso nos tocaba a primera hora. Todo normal, excepto Joel, que llevaba una caja en la cabeza como cosplay.
Después de una larga y agotadora clase, faltaban tres minutos para que tocara el timbre, ese adorado timbre, bueno, menos cuando toca Educación Física. Todos corrimos hacia la puerta del instituto. Ciento diez personas esperando a que César llegara. Una vez en el autobús, el profesor me dijo que vigilara a Joel (porque llevaba una caja en la cabeza) y a Guayo, porque llevaba un cosplay chulísimo, y la gente se haría muchas fotos con él.
Cuando llegamos, estuvimos un buen rato esperando y, después, se hizo la magia.¡¡¡ESTÁBAMOS DENTRO!!! Empecé a dar vueltas por allí, inspeccionando aquel extraño lugar. Luego me di cuenta de que habían tiendas dentro. Yo llevaba 30€ y tenían que ser gastadas. Di tropecientas vueltas y me encontré con una bebida con trocitos de fruta. Esto último no lo sabía, y cuando me comí el primer trozo, casi vomito. Me compré un refresco de Rainbow Dash, muy fasion. Por cierto, Joel se compró un cubo de compañía y Guayo una bandera del orgullo gay.
Esta experiencia se la recomiendo a todo el mundo.
Arturo Palazón Rodríguez 1º B