Voy a hablaros sobre las relaciones insanas. De este tipo de relaciones de pareja puedo deciros que con ellas padecemos celos enfermizos, prohibiciones de cosas normales como juntarse con amigos; llegas a perseguir a tu pareja y controlar cada movimiento, puede haber golpes, malos tratos. Todo esto hace que una relación se convierta en enfermiza o insana.
Cuando esto ocurre en una pareja, esa relación se convierte en un sufrimiento continuo. Yo viví una relación insana durante un año aproximadamente y sufrí esos celos enfermizos por parte de ella, además de una obsesión continua por saber dónde me encontraba en cada momento. Esto me llevó a no poder quedar con mis amigos y, mucho menos, con amigas. Una de las cosas que más me sorprendió de esta relación fue que no podía ni abrazar a un amigo. Todo se resumía en mantener sometido a las normas que ella me pusiese.
Aun así, ella me era infiel. Tal vez por esto ella tenía miedo a que yo lo fuese.
Día tras día, mi relación llevaba a peleas diarias, de las cuales siempre me acababan culpando a mí y por esto yo siempre terminaba con la moral por los suelos, solo en casa, y sin poder salir por miedo a otra nueva discusión.
Pasaban los meses. Yo me iba a la cama a altas horas de la madrugada, sin poder dormir, y con los ojos encharcado en lágrimas, preguntándome qué hacía mal. Para contrarrestarlo me dedicaba a huir de algunas clases y comprarle rosas, regalos, iba a verla a la salida de su instituto...Aun así no era lo suficientemente bueno para ella.
Pasado el año la cosa iba a peor y yo no sabía qué hacía mal. Me queda el recuerdo de que tras dejarme miles de veces los puños en la pared y cortarme diariamente, conseguí salir de esa vida de sufrimiento y dolor. Ahora mantengo una relación estable y muy sana. Puedo salir y quedar con amigos y amigas. ¡Ah, eso sí! A día de hoy ella no ha conseguido olvidarme.
Anónimo 4º ESO