A veces, cuando estoy en casa haciendo los deberes o estudiando para algún examen, entra, de vez en cuando, aquella cosa que oímos cuando el ruido está ausente; ya sabéis, el silencio.
Para mí el silencio es mucho más que eso. El silencio es aquello que nos permite estar más concentrados en una cosa, poniéndole la máxima atención. Entonces solo oímos el sonido de nuestros lápices o bolígrafos deslizándose por la libreta, nuestra respiración o cualquier otro ruido producido por lo que estemos haciendo en ese momento.
Y entonces sucede que, si estamos en clase, no estamos pendientes de lo que hace el compañero de al lado, intentando mirar por la ventana, tirando papeles o escuchando el sonido del móvil que le avisa de que ha recibido un Whatssapp.
Puede que ese silencio se vea interrumpido por un bostezo, por nuestras propias palabras, por el sonido del golpe en la puerta, por el ring ring del timbre cuando suena el teléfono...pero yo prefiero mantenerlo el máximo tiempo posible.
Así que por todos estas veces que el silencio me ha permitido trabajar tan concentrado en ello, le dedico estos renglones. Y aunque cueste conseguirlo, pongamos un poco de nuestra parte y disfrutemos de ese ambiente de silencio tan apreciado.
Juan Francisco Puche Carbonell, 2º B
P.D. He escrito este texto en mi escritorio, con un silencio total, bueno, más o menos.