Aquella mañana se sintió desfallecer después de lo que había sucedido por la noche. Él solo recordaba esa frase: "Eres el último de mi lista". Después de eso el hombre se levantó y siguió andando por un callejón hasta que se encontró a un hombre que le resultaba sospechoso: iba con una chaqueta negra y llevaba capucha. Desenvainó una catana y sin más miramientos empezó a caminar hacia él, el miedo le paralizaba, hasta que el sospechoso armado decidió romper el silencio con esa palabra que le paralizó: "ELIMINAR". El hombre se armó de valor y le dijo: -¿Quién eres y qué quieres de mí? -Solo soy un enviado y eres el último de mi lista. Sin más repitió la misma palabra "ELIMINAR", y de un rápido movimiento lo decapitó. Mientras que la sangre corría por la espada, el hombre lo único que pudo ver fue su cabeza desplomándose.
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