Hace
unos cinco años empecé a hacer actividades extraescolares.
Estuve
dos años en teatro. Recuerdo que el primer día no quería ir y no paraba de
abrazar a mi madre. Pero cuando entré, todo cambió. Me quedé alucinada con los
disfraces, los escenarios hechos a mano… Cada vez que se decía la palabra
“acción” me entraba mucha nostalgia, como si mágicamente entrara en el mundo de
la obra. Cuando ensayábamos eran todo risas porque el profesor era muy
divertido y estaba siempre haciendo bromas. Realizábamos algunas actuaciones
como la que hicimos en la biblioteca Salvador García Aguilar. Yo interpretaba a
una dependienta y venían otros compañeros a ensuciar la tienda. Lo más difícil
fue tener que desmayarme porque tenía miedo de que al tirarme al suelo me
hiciera daño. Otra actuación fue en el colegio al que iba. La obra era de un
circo, yo hacía de equilibrista. Aunque tuviera que andar por un banco, le
echaba imaginación y pensaba que andaba sobre una cuerda y a mucha altura. La
verdad es que lo más divertido era hacer el fondo del escenario ya que
jugábamos con la pintura y nos poníamos a hacer dibujos.
Echo
de menos esa época porque a mí me encantaba actuar, pero siempre llevaré los
buenos recuerdos en el corazón.
Carmen María Pastor, 1º B
Este texto me ha gustado. Recomiendo hacerlo para recordar con nostalgia nuestra infancia.
ResponderEliminarUn saludo.
Carmen María, este texto me ha parecido muy interesante.
ResponderEliminarEpero que sigas escribiendo textos tan divertidos y bonitos.
Este texto me ha recordado los buenos momentos en el colegio, sin preocupaciones de ningún tipo.
ResponderEliminarGracias por ayudarme a trasladarme al pasado.