miércoles, 27 de mayo de 2020

EL PORQUÉ DE MI VOTO A "EL DOLOR DE LOS DEMÁS"



Tomar la decisión final de a qué escritor otorgar mi voto no ha sido tarea fácil. Mientras me paraba a analizar las tres obras que aspiran al premio Mandarache, caí en la cuenta de que era una decisión que realmente tenía trascendencia, que por una razón u otra el recibir o no el premio podía marcar una diferencia para la vida literaria y personal de los autores finalistas, así que procuré cerciorarme de que estaba siendo lo más objetivo posible.
Finalmente me decanté por El Dolor de los Demás. El análisis de esta obra lo he llevado a cabo no solo por mí mismo, sino que además he contado con los puntos de vista de mis padres, quienes habían leído la obra antes que yo, y he tenido muy en cuenta sus aportaciones, ya que tal vez su forma de entender la novela fuera más rica que la mía dado que vivieron en el mismo lugar y época que el autor, poniendo el relato así mejor en su contexto.
Una de las principales razones por las que esta novela se lleva mi voto es la cercanía. Y no me refiero tanto a la física, sino más bien a la facilidad que hallo para identificarme con el autor, y lo chocante que encuentro que alguien con mi misma edad e incluso en algunos aspectos con unas pretensiones y psicología parecidas a la mía, pasase por un suceso tan traumático como el que acontece en la obra.
Es difícil pasar por alto el hecho de que esta obra es un retrato al desnudo de Miguel Ángel Hernández, un proceso de catarsis por el cual el autor trata de liberarse de ese yugo con el que carga desde su temprana juventud. Admiro que haya sido capaz de mostrarse ante el mundo con tanta transparencia sin importarle lo que pudiese pensarse de él, casi como si se tratara de un trabajo sujeto a prescripción médica.
Sobre las otras dos obras no tengo más que buenas palabras, creo que realmente se merecen el haber llegado hasta este punto final. Respecto a La Memoria del Árbol, debo reconocer que me conmovió profundamente, ya que es una novela que si el lector es capaz de llevar a sus propias carnes y encontrar puntos en común con sus recuerdos pasados, toca en lo más hondo de ti. El Alzheimer ha sido un mal mayor en mi familia con el que hemos tenido que convivir durante muchos años, y por esto ha sido difícil no colocar en primer lugar La Memoria del Árbol, pero como he dicho antes he tratado de ceñirme a lo más puramente literario, y creo que en este aspecto El Dolor de los demás la supera.
Kentukis,  por otra parte,  no me convenció tanto. Más que nada porque creo que el aura de futuro distópico en el que se enmarca la narración no me cuadra para nada, dada la realidad actual en la que vivimos. Me explico. La idea de relatar una serie de historias con distintos personajes a través de un hilo conductor común como son estos aparatos perversos me pareció interesante en un primer momento, pero conforme avanzaba la lectura me di cuenta de que hablar sobre un posible futuro en el que esto suceda no me provoca mayor sentimiento de desagrado e incomodidad que el que me surge al saber que esto ya sucede hoy día, a cada momento, por medios más convencionales y discretos que un "animatrónico parlante". Es por esto que desde mi humilde opinión, habría encontrado más acertada una mayor fidelidad a la realidad para enfocar la novela desde un punto de vista en el que la gran mayoría se pudiera ver reflejada, para así, de pasada, recordar lo expuestos que estamos y lo vulnerables que somos.

                                   Salvador Rodríguez Zaragoza
                                                      B1IC 

1 comentario:

  1. Me agrada saber que coincido con la opinión de Salvador, en ese orden de interés tras la lectura de las tres novelas. Muy buena valoración escrita. Supongo que su profesor/a lo habrá tenido en cuenta 😉

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