miércoles, 31 de octubre de 2018

LOS OJOS

Ilustración de la autora
 Hace mucho tiempo había un gato llamado Raspi que iba por la calle solitario después de que su dueño lo tirara por el balcón. Era de noche y no había nadie por las calles de ese oscuro pueblo rodeado por un profundo bosque. De repente Raspi vio algo a lo lejos: tenía forma humana, no parecía un monstruo, o eso creía.
Inocente, él se adentró en el interior del bosque y entonces alguien lo golpeó. Lo acababan de  secuestrar.
Cuando despertó, estaba en un laboratorio. Vio a un hombre y alrededor un montón de gatos deformes; era evidente: ese científico estaba loco.
Lo primero que hizo con Raspi fue obligarle a que orinara en una bolsa, además lo torturaba todos los días.
Un día Raspi entró en una zona en la que no debería haberlo hecho. El hombre lo atacó y Raspi quedó inconsciente en el suelo. Después nunca más volvió a ver porque le arrancó los ojos lentamente, disfrutando.
Y si os preguntáis qué hacía con la orina, la mezclaba con otros productos y la convertía en droga para venderla.
Cuentan que cada gato que es abandonado desaparece para siempre.

              AUTORA: ROCÍO CUTILLAS TENDERO. 2º E

Nota: este relato se ha hecho en clase de Lengua como parte de un ejercicio creativo a partir de tres dados de Halloween.

2 comentarios:

  1. Rocío, me ha gustado mucho tu relato. Sinceramente escalofriante. Te felicito. Sigue escribiendo más.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Te felicito por tu magnifico texto,
    me a gustado mucho

    ResponderEliminar