miércoles, 26 de octubre de 2016

ESPAÑA ME ENAMORA A PEDACITOS

Escena del entremés La cueva de Salamanca, de Cervantes
Ni las amenazas de lluvia y frío, ni las interminables horas de hastío en el autobús nos echaron atrás. El 21 de octubre, a las seis de la mañana, un grupo de alumnos y alumnas del IES Francisco de Goya y tres profesores rodaba camino al pueblo de Almagro, en Ciudad Real, Castilla la Mancha. Si atropellamos a algún hidalgo y su escudero nadie pudo notarlo, porque el sueño se abría paso en nuestros ojos.
Llegamos al pueblo cerca de las diez de la mañana, y con gusto descubrimos que nada de frío o lluvia: un sol radiante y la temperatura perfecta para un día plagado de actividades. El Museo Nacional del Teatro, un pequeño recorrido por el casco histórico más representativo de Almagro, y, al fin, ¡El Corral de Comedias de Almagro! Un teatro construido en un patio de vecindad por el que desfilaron los dorados años de la dramaturgia española. Olvidado durante años, y después descubierto, hoy luce un magnífico color "almagre" -extraído de cierto tipo de rocas-.
Pasamos un buen rato con dos de los entremeses de Cervantes: El vizcaíno fingido y La cueva de Salamanca, y un coloquio final con los actores.
Después tocaba comer, y tuvimos también un tiempo de "esparcimiento" para visitar el pueblo por libre. Pasado este tiempo, volvimos al autobús, esta vez camino de las Lagunas de Ruidera: un complejo natural de 15  lagunas que solo encuentran parangón en otro lugar del mundo. Yo me deleitaba con el paisaje castellano manchego a través del cristal. 
Poco a poco, viaje a viaje, me doy cuenta de lo grande y fascinante que es España, y de su variedad de paisajes. Junto a nosotros se extendía un terreno llano hasta donde no alcanzaban a ver los ojos, salpicado de encinas, olivos y matorrales, además de algunos molinos.
Guiados por un monitor, visitamos gran parte de las lagunas e incluso pudimos acercarnos hasta el agua desde algunas rocas. 
Hay lugares que atrapan y llaman a querer vivir en una fotografía. Igual que Almagro.
Llegamos a Molina a las diez de la noche. Yo, con la convicción de que me había enamorado de otro trocito de este país.

                                    ADRIÁN CASTELLÓN GARCÍA. 4º B







Marcos posa en la estatua ecuestre de Diego de Almagro
Tiempo libre en las lagunas de Ruidera


Tomás, el guía, buen amante de su oficio, explica 






Parte del grupo de Bachillerato posa con su profesora de Lengua

2 comentarios:

  1. Adrián, como siempre tus textos me emocionan. Tienes una facilidad increíble para transmitir emociones. En este caso coincido contigo, pues tanto Almagro como las lagunas de Ruidera tienen un encanto especial que nos hacen sentirnos libres, en paz con la naturaleza y el ser humano. Enhorabuena una vez más y muchas gracias por redactar estas crónicas tan especiales.

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  2. ¡Qué crónica y qué fotos tan bonitas! Menos mal que el tiempo os acompañó. Saludos, chicos/as, y a por la próxima actividad complementaria; el ganador del Setenil de este año viene de camino.

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