jueves, 13 de noviembre de 2014

UNA FATÍDICA NOCHE

 
 Era una noche cualquiera 
salvo por el detalle de que mi perro se había escapado.Yo sabía que, al fin y al cabo, se había ido de “fiesta” y que volvería al día siguiente. Pero esa noche, sobre las 4 de la madrugada, me desperté con dolor de barriga y preocupado, me pasé media hora en el cuarto de baño por si acaso vomitaba. Después vi por la ventana un camino iluminado por farolas y un par de sombras grandes y largas cruzando la calle. Una farola parpadeaba hasta que se apagó, y miles y miles de cosas se me pasaron por la cabeza. Fue esa fatídica y oscura noche, con una ciudad que parecía desierta, cuando me pregunté si esto sería lo bastante grave para no dejarme dormir nada en toda la noche, y ese dolor que parecía que me comía la cabeza y que me hubiera dado un golpe muy fuerte en las costillas; hasta que al final solo pude dormir una hora.

   No sé si esta fatídica noche de agosto volverá a 

repetirse; ojala que no sea así.

                                       Rubén Cano López, 2º B

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