Jugaban a un tablero blanquinegro. Enrocados y cómodos, ajenos de toda batalla. Nosotros, los peones, bien de ébano o marfil, acatábamos las órdenes sin volver la vista atrás. Ellos ignoraban que, por cada amigo caído, llorábamos ríos de astillas, serrín y pintura. y que al terminar y mirar al cielo, se veían estrecharse dos manos mientras nosotros, a su sombra, desperdigados y exhaustos, soñábamos con ser las piezas de nadie nunca más.
Tablero de ajedrez y piezas Sello de Goma |
Enhorabuena, Alberto, por tu premio!!
ResponderEliminarSé que escribes desde pequeño y que se te da bien, a las pruebas me remito porque no es el primer premio que ganas. Te animo a seguir haciéndolo en tus ratos libres, porque se nota que disfrutas. Veo que te gusta la buena literatura, que amas a los clásicos, así que sigue cultivándote a su sombra para conseguir tu sueño.
Felicidades!!!
Enhorabuena, Alberto!! Has conseguido un texto buenísimo mediante la metáfora de la partida de ajedrez. Sigamos luchando por este sueño compartido y no seamos "las piezas de nadie nunca más" . Suerte en tu nueva etapa. Un saludo
ResponderEliminarP.D. Me he permitido etiquetar este texto para tu sección como broche final