Imagen tomada de la revista Godot |
Lo siento, no era yo es
una obra de teatro que fue representada por la compañía de teatro HELARTE el
pasado jueves 21 de septiembre de 2023 en el teatro villa de Molina. Está
protagonizada por Esther Berzal, acompañada en escena por Lauren Gumuccio y Ana
Belén Camarero, en un montaje dirigido por María Uruñuela.
La obra muestra la historia de
una chica llamada Carmen, que aterrada por una foto suya, sufre un Trastorno de
la Conducta Alimentaria, y se le aparece su Ágata, es decir, la parte que
contiene sus miedos y su mala conducta con los alimentos. En ese momento
empieza a cambiar su forma de ser con su cuerpo, con los alimentos, y con el
resto de personas.
La puesta en escena, a pesar de
contar con pocos recursos, nos sitúa bien en la obra, y apoyada de música,
sonidos y distintos efectos de luces, consigue ser más compleja de lo que aparentemente
parece. La historia es bastante emotiva, y está muy conseguida, mostrando la
situación de los TCA de la forma más real posible, por lo que te hace ponerte
en la piel de Carmen.
Bajo mi opinión no es tan fácil
entender la historia sin tener anteriormente una pequeña guía de lo que
representa cada uno de los personajes, así que recomiendo leer algo acerca de
la sinopsis previamente a ver la obra.
Esta obra me hizo pensar bastante
acerca de este tema tan serio como son los TCA, y creo que tras verla se puede
ser más consciente y entender lo que sienten las personas que tienen cualquier
problema de este tipo. Además, la profesionalidad de las actrices era notable,
y la historia es muy adecuada para los jóvenes, que son precisamente el público
al que va dirigida.
Puños de harina es una
obra de teatro protagonizada por Jesús Díaz Cortés, (único actor en la obra),
producida por El Aedo Teatro. Fue representada en el III certamen del premio al
teatro joven el pasado martes, 26 de septiembre de 2023, en el teatro Villa de
Molina.
La obra hace una crítica a la
homofobia, el racismo, la violencia y la masculinidad, contando, a través de un
combate de boxeo, la historia de Rukeli y Saúl, que, al igual que muchos otros
gitanos, lucharon contra la sociedad y muchos de ellos murieron o sobrevivieron
al Holocausto. Paralelo a esto muestra la historia de superación, en este caso
de Saúl, un hombre homosexual, quien tuvo que luchar por encajar en el concepto
de “hombre de verdad”, rechazado en su época tanto por su raza como por su
orientación sexual.
La puesta en escena es
impresionante, con luces y otros recursos que hacen realmente poder ubicarse en
la historia. Además, me impactó mucho que solo hubiera un actor. Me parece
increíble su capacidad para memorizar una hora y media de obra y actuar él
solo. También cabe destacar que la historia era muy fácil de entender ya que el
actor iba cambiando de acento para indicar de qué personaje se trataba en cada
momento.
La actuación es muy emotiva, y
hace pensar al respecto de la sociedad y lo cruel que se puede llegar a ser. Muy
recomendable acudir a verla.
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