lunes, 28 de marzo de 2022

Reflexiones sobre H. D. Thoureau, por David Tanko Dragomirescu – 3º C

Henry David Thoreau fue un filósofo, ambientalista y poeta del siglo XIX conocido como el primer ecologista de la historia. La lectura (un fragmento de Utopía, una aventura filosófica, de Ana Alosnso) ocurre en un campamento para adolescentes que se están desintoxicando de la adicción a las nuevas tecnologías. Ahí los personajes conocen a varios pensadores de la filosofía universal, representados por varios actores del campamento,  para interactuar con ellos directamente y contarles más sobre su historia y hazañas. En este caso, Henry David Thoreau conoce a los personajes, y les cuenta un poco sobre su historia, cómo escribió su primer libro, Walden, y cómo acabó siendo el primer ecologista de la historia. Algunas de sus ideas, que podemos extraer del texto, son:

- Él consiguió reflexionar y aprender más sobre sí mismo en Walden, rodeado de naturaleza.

- Consideró aquello una existencia sencilla, pero maravillosa, libre de distracciones e iluminadora. 

- Él cree que la naturaleza es un símbolo exterior de nuestro espíritu interior, como una prolongación de nosotros, y que rodeados de naturaleza es como mejor nos encontramos. 

- Sin embargo, también cree que un hombre no puede vivir eternamente separado de sus semejantes, aislado en la naturaleza de tal manera. 

- Finalmente, piensa que es bueno defender en lo que creemos, pero no utilizando cualquier método posible, como la violencia o engaño.

 

Todas estas ideas siguen siendo relevantes en la actualidad, a pesar de que no todas sean directamente relacionadas con el ambientalismo. Muchas están relacionadas con la filosofía más que con problemas sociales o políticos de la época, así que aún se pueden aplicar a día de hoy. Es verdad que en su época su trabajo no era respetado, lo cual  fue algo que él ayudó a cambiar y permitió que se convirtiese en un trabajo legítimo, y que ya no fuese un problema en nuestra sociedad actual, pero aparte de eso, la mayoría de sus ideas aún se puede aplicar a nuestras vidas contemporáneas. 

Yo personalmente estoy mayoritariamente de acuerdo con ellas también, pues pienso que la naturaleza sí es un buen lugar para reflexionar y vivir una existencia simple e iluminadora (al ser un lugar tan tranquilo, fuera de las ansiedades de la vida moderna), pero no creo que estar rodeado de naturaleza necesariamente cambie mucho sobre cómo nos encontramos. Estoy seguro de que es bueno para nosotros, pero no lo veo como una prolongación de nosotros, o un símbolo de nuestro espíritu interior. Él mismo dice que no es ideal que vivamos eternamente aislados de nuestra especie en la naturaleza, y de nuevo estoy de acuerdo con ello. 

Otra idea con la que estoy de acuerdo y que está más relacionada con la filosofía que con el medioambiente es la manera que propone de defender nuestras ideas. Personalmente pienso que la mejor manera de defender nuestras ideas no es solo argumentando y explicando nuestro razonamiento, sino también intentando entender el razonamiento y manera de pensar de nuestra oposición. Al fin y al cabo, todos somos personas, y todos tenemos una manera de pensar y rasgos físicos y mentales que nos hacen ser como somos. Por muy diferentes que sean nuestras maneras de pensar, siempre tenemos más que aprender, y simplemente defender lo que creemos sin escuchar al otro lado del argumento no va a conducirnos a ningún sitio. La única manera errónea de tener una discusión con alguien es no ser capaz de cambiar la manera en la que piensas, reflexionar sobre tus propios errores y aprender de la otra persona. 

En cuanto a cómo actuamos, estoy generalmente de acuerdo con Thoreau también. Es importante luchar por lo que creemos, sí, pero no hasta llegar al punto en el que perdemos nuestra propia integridad ética simplemente por llegar a un final deseado, y especialmente si eso significa causar daño innecesario a otras personas que no han hecho nada mal. 

A pesar de todo esto, y de poder dar mi opinión sobre los aspectos más filosóficos y teoréticos de sus ideas, el medioambiente no es algo que me haya  interesado mucho desde pequeño, y por ello no tengo muchos sentimientos muy fuertes relacionados con sus ideas y aportaciones a la investigación del medioambiente. Soy capaz de respetarlas y comentarlas, y sus conceptos filosóficos sí me intrigan, pero aparte de eso no tengo mucha relación personal al tema. Parte de la razón es porque personalmente no he visto o al menos estado en ningún entorno natural que realmente me impresione o me interese demasiado. No suelo salir mucho fuera, así que no conozco ningún paisaje en específico que me atraiga mucho, y ha hecho que no tenga mucho interés en el tema del medioambiente. En general, muchos de los paisajes cercanos a donde vivo son poco impresionantes. España (o, al menos, Murcia) es un lugar bastante seco y pálido, y muchas de sus áreas son bastante desérticas o no muy boscosas. 

Recuerdo cuando era pequeño que algunos lugares de Rumanía, donde crecieron mis padres, sí eran bastante exóticos e impresionantes para mí (recuerdo en específico un parque con árboles gigantes, poca infraestructura, rocas grandes, y una escasez de luces que hizo que andar a través de él por la noche y con linterna fuese aterrorizante), pero mis memorias ya son un poco borrosas, y no hay nada más que realmente se me venga a la cabeza que considere un entorno natural interesante. 

Supongo que si tuviera que decir cómo me siento en entornos naturales, diría que no demasiado bien. No me gusta salir en general ya por defecto, y andar por sitios llenos de insectos, piedras y arbustos pequeños sin ninguna razón en particular no me suele hacer mucha gracia. No tengo nada en su contra, y en sí siguen siendo bastante admirables y magníficos, y estoy seguro de que en el lugar correcto me sentiría bastante tranquilo y asombrado, pero eso no cambia el hecho que no me gusta pasearme por los que sí tengo disponibles. Aun así, siempre he pensado que si pudiera ir alguna vez, mi paisaje favorito sería un lugar ligeramente montañoso, lleno de árboles decentemente grandes y aislado de la humanidad, pero lleno de sitios abandonados y destruidos donde explorar, sin ninguna persona o centro turístico que rompiese la ilusión. Me gusta estar solo y aislado de la población general de vez en cuando, y poder pasar un tiempo en un lugar así y explorar las gigantescas estructuras arruinadas y descuidadas que hubiera, a mi propio ritmo, sin nada de lo que preocuparme, sería una experiencia verdaderamente asombrosa, y muy tranquilizante. Es improbable que sea capaz de vivirla, y dudo que un paisaje abandonado sea considerado un entorno completamente natural, pero pienso que sería mi paisaje ideal. Además de todo esto, no solo no me interesa demasiado el medioambiente, sino que realmente no creo que hago mucho para cuidarlo tampoco. Al menos, no más de lo que haría cualquier otra persona. Simplemente intento no malgastar electricidad, agua, o comida cuando pueda, y evito tirar cosas al suelo en zonas públicas. Y que yo sepa mi familia no hace mucho tampoco, aunque puede que sí utilicemos algún electrodoméstico de bajo consumo  e intentamos no ensuciar el medioambiente más de lo necesario. Podríamos hacer más, como reciclar y reutilizar más cosas, usar más transporte público, plantar árboles, etc, pero a pesar de ello, no creo que afectemos demasiado negativamente al medioambiente tampoco. O, de nuevo, no más de lo que lo afectaría cualquier otra persona en nuestra situación.

Más imformación sobre Thoureau  y el libro Utopía, una aventura filosófica,  de Ana Alonso, en estos enlaces:

 https://plato.stanford.edu/entries/thoreau/

https://www.anayainfantilyjuvenil.es/primer_capitulo/9788469848364-leer-y-pensar-seleccion-utopia.pdf

2 comentarios:

  1. Hola, David, en primer lugar te quiero dar la enhorabuena por tu texto. Después te doy las gracias por colaborar cada vez que se te pide, pero sobre todo por cómo te implicas en cada tarea que se te propone.
    Observo, una vez más, la madurez de tus reflexiones a la vez que no podemos olvidar que estás en 3º ESO. Quien lea tu reflexión sobre la lectura se dará cuenta de ello.
    Verás, conforme vayas saliendo de tu entorno más cercano, que cada paisaje tiene su encanto y seguro que encontrarás alguno que vaya con tu forma de ser y de pensar también aquí en Murcia. Pero sobre todo me alegro de que hayas captado la esencia de la lectura, que es la reflexión sobre el valor de la naturaleza que Thoreau les quiere inculcar a los chicos, además de cómo hay que defenderla.
    Te animo a seguir así, demostrando que verdaderamente aprendes, porque reflexionas sobre lo que se te propone.
    Saludos

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  2. No conocía este libro ni había leído nada de este autor. Agradezco encontrarme con esta entrada que despliega las principales ideas de Thoreau sobre el valor de la naturaleza. Yo, como David, pasé muchos años sin apreciar la hermosura o la calma y la paz que puede transmitir un paisaje limpio, hermoso en su vegetación y en su fauna. Y es que eso se aprende de pequeño si tienes ocasión. Si no estás en contacto con la naturaleza y tomas conciencia de su singularidad, todos los árboles te parecerán iguales y todo serán piedras, sin más. Con el paso de los años esto ha cambiado en mí. A amar la naturaleza se aprende, tomando conciencia de que nosotros somos una especie más de la amplia variedad y deberíamos vivir en armonía; la vida sería más hermosa para todos. Gracias, David, por haber compartido tu reflexión con los lectores del blog. Un saludo y te seguiré leyendo.

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