miércoles, 12 de noviembre de 2014

DE HAZEL GRACE A ETHAN

Te escribo esta carta debido a mi repentina visita a mi tío Augustus, el cual me envió una carta con unas pocas palabras, de las que solo puedo mencionar "cáncer". Parece que está bien, pero eso lo tiene que juzgar su estado físico y mental.
Me intrigaste mucho con aquello que me dijiste la última vez que hablamos, sobre que habías encontrado trabajo en Sacramento. Espero con ansias que me cuentes más detalles de ese tema, Ethan.
Como ya sabes, mi tío vive solo en Madrid, que a mi parecer es una gran ciudad para un solitario hombre, y cuyo bullicio a mí me sobrepasa. Tan  solo llevo tres días aquí y mi tío me ha conducido por más de veinte lugares muy interesantes. Me llevé una gran sorpresa cuando fuimos a una plaza llamada "Las Ventas". Al verla por fuera, creí que sería una especie de teatro, pero cuando entramos vi lo que era en realidad: un lugar depravado y cruel donde se dedican unos hombres a matar y a burlarse del muerto, que no es sino un toro.
Imagino un matadero circular en cuyo centro se encuentra la arena para el toro y su verdugo, y alrededor cientos de gradas esperando la ejecución con alegría y diversión, pero con tensión al mismo tiempo, tensión por el matador.
Entras a la plaza, te sientas en un asiento y esperas. Aparece un toro vacilante y confuso, en su extremo el torero dispuesto y desafiante. Todo el público gritando y animando al hombre. Primer contacto con el toro, una banderilla clavada en su giba y aplausos por doquier. Así con cuatro más hasta que el toro cae rendido de la lucha inútil y donde el torero acaba la faena de un golpe seco. Las gentes se enorgullecen mientras yo me avergüenzo de tal acto vil y sangriento en el que te aclaman si matas a un animal o te lloran si te llevas su destino.
Tengo la suerte de no pertenecer a este país de tauromaquia agradecida. Creo que no lograré entender por qué es divertido ver a un toro morir y que haya sido este el entretenimiento por excelencia durante siglos.
Después de vivir aquello, solo me reconfortaba el hecho de ver a mi tío feliz tras mucho tiempo, ya que sabía que no sería para siempre. Me marcharé de nuevo a Colonia en unas semanas, así que debo aprovechar al máximo mi estancia aquí y sentirme orgullosa de ser una Lancaster.

(Ejercicio de imitación de Las Cartas Marruecas, de José Cadalso)

                                                           Daniel Soria. B2AH

1 comentario:

  1. 1º si no te gustan los toros es que no tienes cultura , 2º es patrimonio cultural , es decir una fiesta española , sin fin fiesta , no hay empleo y sin empleo más paro es decir más paro ESPAÑA a la mi**** , 3º ustedes los antitaurinos nos llaman asesinos a los toreros y no se equivoca somos ARTISTAS y buena gente que hacemos corridas beneficas para ayudar a las personas . ! VIVA LOS TOROS ¡

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