martes, 28 de abril de 2020

MI ABUELA, YANIRA AMO, 2º B ESO


                                                     


MI ABUELA

      Mi abuela era muy guapa. Tenía el pelo rubio, muy corto y rizado. Era bastante baja, pero no muy gorda. Era muy buena con todo el mundo, ya fueran niños, adultos, ancianos o animales. Pero no le gustaban los gatos, es más, le daban bastante miedo.
      Siempre iba bien vestida, incluso cuando estaba en casa. Le gustaba mucho el color rojo, por eso, cuando tenía una ocasión especial, siempre se vestía de rojo y sus labios también pintados de rojo nunca faltaban. Cuando se vestía de rojo estaba más alegre de lo que ya era.
    A mí me encantaba cuando se ponía así de alegre, e incluso, llegaba a sorprenderme lo feliz que estaba solo por ese color.  
    Cuando salíamos de casa e íbamos a un restaurante o a algún evento especial, me decía que la maquillara yo.
    Un día le pregunté por qué se maquillaba hasta para pasear a la perra y ella me respondió con la siguiente frase: “No sabemos con quién nos podemos cruzar por ahí”.
    Esa frase me hizo tanta gracia que terminé llorando de risa.

YANIRA AMO, E2ºB    





MI ABUELA, YAIZA GONZÁLEZ, 2ºB


                                                    
Imagen de Pinterest


MI ABUELA


     Mi abuela es una persona muy alegre y dicharachera. Le encanta salir a jugar al bingo, y es una máquina en lo que se proponga.
  Cuando voy a su casa siempre está cocinando o haciendo ganchillo. A mí encanta ver cómo lo hace porque se siente feliz.
Cocina muy bien, pero solo comida antigua.
Tiene el pelo rizado y es muy pequeña. Cuando la veo siempre me pongo a su lado y ella se pone a reírse. Tiene los ojos pequeños y siempre está dispuesta a jugar a las cartas.
   A ella y a mí nos encanta pasar las tardes viendo “Sálvame”, porque nos echamos muchas risas viendo la vida que lleva la gente.
   Mi abuela lo tiene todo especial. Todo en ella me gusta: cómo cocina, cómo habla, cómo juega a las cartas, cómo se preocupa por mí.

     ¡Me encanta mi abuela!


YAIZA GONZÁLEZ, 2º B


lunes, 27 de abril de 2020

RELATOS DEL CONFINAMIENTO, "EL QUIRCE", HELENA LINARES, 2º B2IH

Libro 7:  EL Quirce

NOTA: recreación literaria personal del libro de Miguel Delibes Los santos inocentes, tratando de imitar su estilo.


Portada del libro de la ed. Destino Clásicos
Quirce, el de Paco el Bajo, sabía que era paleto, que era él un zagal de 18 años con un hermano mayor que solo se preocupa del tractor y de engañar a su tío. Quirce, el de Paco el Bajo, sabía que su tío era retrasado, una carga para su ya pobre y castigada familia. Quirce sabía que su hermana Charito, la niña chica, hacía llorar a su madre todas las noches antes de dormir y después de rezar un rosario.  

-Ea señor, yo sé que pone´ nuestra fe a prueba y que aprietas pero no ahoga´… pero ¿No tuve bastante yo ya con cuidar de mi hermano toda la vida? 

Ese era el lamento que la Régula pronunciaba todas las noches, como si fuera un añadido que hizo a sus plegarias. Quirce, el de Paco el Bajo, también sabía que su otra hermana, la Nieves,  había empezado a mocear antes de tiempo, que se había hecho una mujer bonica y que en la casa de arriba la miraban con ojos golosones. Quirce, el de Paco el Bajo,  sabía que uno de ellos era el señorito Iván y eso al Quirce le hacía hervir la sangre. Pero Quirce sentía que ese sentimiento no venía porque el señorito Iván mirase mal a su hermana, era porque el señorito Iván no lo miraba así a él.  

Quirce, el de Paco el Bajo,  sabía que era maricón desde chiquito, cuando veía entrar al señorito Iván por la puerta del cortijo todo arregladito y formalito, con sus ojos azulones que le recordaban al cielo del verano más profundo y sus andares de rico,  a Quirce, el de Paco el Bajo, le parecía un rey de esos de las historias que le contaba su madre para dormirlos o,  aún mejor,  le recordaba a algunos de los oficiales de Franco, serios y formales como debía ser un hombre. Quirce, el de Paco el Bajo, sabía que él no era un hombre. Por eso dejó de reír, por eso empezó a beber y a escaparse siempre que podía del cortijo. No quería que su madre, su pobre y bendita madre, viera que había parido a un joto, un degenerado, un maricón como los llamaba el señorito Iván.  

Quirce, el de Paco el Bajo, sabía desde crío que el señorito Iván era un pijotero de ciudad, y mala persona, pero lo que no podía entender ni saber Quirce era por qué el señorito Iván le hacía sentirse como lo hacía, ya de mozos, e incluso de adultos. Quirce no quería que nadie supiera que era un joto, por eso prefería callar, si estaba callado la gente no podría apreciar la corrosión y la impureza de lo que pensaba. Peor fue cuando empezó a ayudar al señorito Iván con su caza. 

El señorito Iván no paraba de repetir lo que para él era una continua puñalada en el estómago, una y otra vez esa palabra que acababa por sus oídos como cuchillas: “maricón”. Quirce se la había escuchado decir muchas veces al señorito Iván, pero no a él directamente, y era consciente de que se lo decía a todo el mundo, no se lo decía con conocimiento de causa pero, claro,  para Quirce, el de Paco el Bajo, escuchar cómo se lo decía a la cara el señorito Iván le retorcía algo dentro. 

- ¿Quirce, tú eres muy callado, no? 
- Sí,  señorito Iván. 
- Por Dios. Quirce, no me seas maricón y dime Señor, que para algo soy algo mayor que tú. Muéstrame respeto. 
- Perdón, señor Iván. 
- Ves cómo eso suena mejor, y,  bueno,  no es que a mí me interese irme con alguna puta de campo, en la casa de arriba me sirven muy bien, y tengo grandes vistas, si tú me entiendes bien.- Quirce solo miró al suelo, tenía una bola de emociones en la garganta, se concentró como nunca lo había hecho para poder odiar al señorito Iván, pero no fue capaz, como siempre pasaba.  Ante el inmaculado silencio de Quirce, el señorito Iván se puso un poco nervioso, no estaba acostumbrado a que no le respondieran unos pordioseros de campo con una risotada bobalicona, casi de sátiro demente,  cuando hacía algún comentario sobre sexo, pero Quirce no lo hizo y el señorito Iván hubiese jurado y perjurado que Quirce, el de Paco el Bajo, estuvo a punto de llorar, por lo que decidió continuar hablando, para ver cuándo se rompía su nuevo entretenimiento.
 - Venga,  hombre, ¿ no me digas que no has catado a las mozas del pueblo?
 - No,  señor Iván. - La respuesta de Quirce fue rápida, gélida y faltaba cualquier rasgo de emoción en ella. 
- Pues no sabes lo que te pierdes, Quirce, pensaba yo que eras más espabilado que tu hermano Rogelio. Yo pa´mi que es bujarra
Iván pudo percibir cómo ante la aparente indiferencia de Quirce, el de Paco el Bajo, el mozo de caza apretaba mucho los puños y casi de manera instintiva respondió con más rapidez y genio del que cabría esperar para alguien callado:
 - Señor Iván, hágame el favor se lo pido por Dios de no llamar esas cosas feas a mi hermano.  
- Venga ya, Quirce, - El señorito Iván dirigió su mirada a otro árbol donde no habían colocado aún ningún palomo. -Súbete al árbol rápido y ponme ahí un par de palomos que quiero practicar un poco más antes de que venga el cónsul.  
Quirce se dirigió al árbol sin rechistar y la conversación quedó zanjada. O eso pensaba él. Más tarde esa noche, cuando el señorito Iván había intentado por decimocuarta vez hacer que Paco el Bajo, se fuera de caza con él,  divisó a lo lejos a Quirce, con andares tranquilos y el señorito Iván pensó en que si quedaba sangre mora en España, el Quirce era un ejemplo muy claro. Moreno que parecía casi ennegrecido aposta,  una barba especialmente frondosa para ser tan joven, ojos negros tizón y pelo azabache, grueso y rizado, al señorito Iván le recordaba a las alas de los cuervos. Comparado con él, pensaba el señorito Iván, Quirce, el de Paco el Bajo, era feo a rematar y que normal que las mozas no se le quisieran acercar. Pero había algo más, el señorito Iván no era conocido especialmente por ser el más espabilado de todos pero parecía que había nacido con un sentido especial para saber cómo molestar a la gente. Si de algo estaba orgulloso el señorito Iván aparte de por su espectacular capacidad para cazar, era que podía conseguir lo que quisiera y cuando quisiera con solo decir las palabras adecuadas en el sitio y tono adecuados.  

Y ya que Paco el Bajo no iba a irse con él de caza por una estúpida molestia, que tampoco veía él la gravedad, el señorito Iván decidió que era el momento de molestar a los sirvientes del cortijo. Cuando Quirce, el de Paco el Bajo,  vio que el señorito Iván se le acercaba con movimientos galantes, con el chaleco de la chaqueta un poco desabrochado y una mano en el bolsillo del pantalón, a Quirce se le cortó la respiración.- Que el señor me perdone por estos pensamientos impuros- se dijo para sí Quirce e intentó alejarse rápidamente, no quería hablar con el señorito Iván, no quería exponerse como lo había hecho antes. 
 - Quirce, hombre, venga para acá que quiero hablar con usted.- Quirce se quedó sorprendido porque lo había tratado de usted. 
- Pues usted dirá, señor Iván.- Le respondió Quirce con la cabeza agachada, acababa de volver de estar cargando sacos de pienso para los caballos y de ayudar a su hermano Rogelio con el tractor, estaba sudado y lleno de grasa, no era la imagen que quería que tuviera el señorito Iván de él. 
- Quería felicitarle por la caza de esta mañana, no ha sido una de mis mejores cacerías pero usted ha servido como debía- a cada palabra que decía se le acercaba más a Quirce y este el pobre solo sabía asentir y mirar a sus sucios y desgastados zapatos. Pero entonces el señorito Iván le cogió del mentón y le levantó la cabeza dirigiéndola hacia sí, como el señorito Iván era más alto que Quirce, cuando éste se irguió se le quedó mirando directamente a los ojos al señorito, esos ojos tan azules que aun en mitad de la noche se podían distinguir y vio la expresión relajada que tenía el señorito Iván, la pose serena, la media sonrisa desenfadada, todo en su expresión corporal invitaba a Quirce, el de Paco el Bajo, a que se tranquilizara, pero cuanto más le miraba a los ojos más le temblaban las piernas.  
- Hice lo que me se mandó a hacer, señor Iván.
 Entonces el señorito Iván,  sin quitar la mano de la cuadrada mandíbula de Quirce, el de Paco el Bajo, se aproximó muchísimo a su cara, directo, a Quirce le iba a dar un ataque al corazón pues pensaba que le iba a besar, pero en el último segundo cambió el rumbo haciendo que solo sus mejillas se rozaron, y le dijo al oído con la que Quirce hubiese jurado ante Dios que era la voz de los mismísimos ángeles: 
- Aun así yo te lo quería agradecer,  Quirce. 
Y con las mismas el señorito Iván se dispuso a largarse campante por en medio del cortijo dejando a Quirce, el de Paco el Bajo, sin respiración y con la cabeza llena de pensamientos que lo mantendrían despierto toda la noche. ¿Cómo se había dado cuenta de lo que era?, ¿ Lo sería él también?, ¿Qué iba a pasar entre ellos ahora? ¿Estaba jugando solo con él por desprecio? Preguntas que se repetían en su cabeza durante toda la noche mientras el Quirce se acariciaba la mejilla que le había rozado, como si fuera su reliquia más preciada y por un segundo el Quirce sonrió, sin que hiciera falta que su hermano se tuviera que meter con su tío. 

Pero al día siguiente cuando el señorito Iván prefirió llevarse a su tío para la cacería en vez de a él, Quirce, el de Paco el Bajo, con una mezcla de despecho, miedo y celos, empezó a preguntarse qué habría pasado para que no lo quisiera volver a ver. ¿Había sido su culpa?, ¿lo habrían descubierto y el señorito tenía que disimular? y la que para él era más peligrosa y más terrible que el resto de preguntas que se estaba haciendo ¿habría estado el señorito Iván riéndose de él y todo era mentira?  

Por eso cuando el señorito devolvió a medio día al Azarías al cortijo y Quirce se enteró de que el señorito había matado a la milana de su tío, se le acercó pudoroso como un niño que acababa de hacer una fechoría e intentaba ocultarlo. 
- Si mi tío se encuentra indispuesto esta tarde, puedo acompañarlo yo a la cacería, Señor Iván.
 Y el señorito, enfadado, le miró con repugnancia y con desdén le contestó preguntándole:
 - ¿Por qué iba yo a hacer eso, para que me vuelvas a dejar en ridículo?, venga no me seas maricón, Quirce.  
Quirce se quedó paralizado, ¿cómo había podido el señorito cambiar tanto de opinión sobre él en cuestión de días? Quirce estaba hasta con ganas de llorar porque todas sus preguntas quedaban respondidas y él luchaba contra el nudo que tenía en la garganta. Aunque la gota que colmó el vaso para Quirce, el de Paco el Bajo, fue cuando el señorito Iván le cogió del brazo, lo zarandeó un poco y le dijo con el tono más despreciable que pudo poner el señorito Iván:
- Y yo que tú me miraba tu enfermedad, degenerado maricón, no te quiero trabajando aquí si me vas a estar babeando todo el rato.  

Y Quirce, el de Paco el Bajo, se quedó ahí mirando a las hormigas que estaban llevando hasta su hormiguero trozos de pienso que se le habían caído a su tío el otro día. Quirce se quedó así un buen rato hasta que decidió coger el tractor de su hermano; guiado por la rabia, la ira y la cólera siguió al Land Rover del señorito Iván.  El Quirce no le quería hacer daño, solo asustarlo, solo hacerle sentir desesperado, como lo estaba él en esos momentos.  Y lo que más molestaba y dolía a Quirce, el de Paco el Bajo, es que a pesar de todo lo que le había pasado con el señorito Iván, todo lo que sabía de él y todo lo que le había dicho, Quirce seguía enamorado de esos ojos más azules que el cielo en verano. Por eso cuando se acercó por la espalda de su tío para descubrir lo que el Azarías le estaba haciendo al señorito, su primera reacción fue coger una piedra para darle a su tío y así salvarle la vida al señorito Iván. Pero entonces, este, cuando lo vio, pese a estar luchando por su vida y estar más rojo que un tomate,  miró con ojos de furia a Quirce y le exigió de la peor de las maneras que lo ayudara:
 - Vamos,  pedazo de maricón, mátalo coño, que me está ahogando. Azarías estaba solo pendiente del forcejeo que mantenía con el señorito Iván y no sabía que su sobrino estaba detrás de él intentando acabar con el sufrimiento de este pobre inocente- pensaba Quirce, el de Paco el Bajo, pero a la vez era su tío, el que cuidaba a las milanas, el que dormía a la Charito y el que se orinaba en las manos, cómo podría matarlo.
 - Será desgraciado el maricón este, ¡que lo mates!
 Le volvió a exigir el señorito Iván a Quirce y este por fin se dio cuenta de que el señorito no le iba a agradecer que él matase a su tío, que seguramente se estaría riendo de él el resto de veces que fuera al cortijo, que en algún punto se sobrepasaría con su hermana como ella le había comentado alguna vez que temía que pasase, que seguiría tratando a su padre como a un perro de caza, que el señorito Iván no lo querría nunca; y entonces bajó la piedra, la tiró al suelo, se dio media vuelta y dejó que su tío matase al señorito Iván mientras que él, Quirce, el de Paco el Bajo, se alejaba sabiendo algo más, que era él quien había dejado morir al hombre que más quería y más odiaba en este mundo. 


HELENA LINARES GIMÉNEZ, B2IH



LECTURAS DEL CONFINAMIENTO, JOSÉ ÁNGEL MESEGUER, 4ºB



EL PAÍS DE LAS PIELES I, Julio Verne

Imagen tomada de Sopena
A mi parecer, la primera parte de El País de las pieles puede ser más lenta que la segunda, aunque solo al principio, ya que se ponen a los personajes en escena, se explica la razón por la que han sido reunidos en el Fuerte Providencia por la compañía de la bahía de Hudson, la llegada de nuevos integrantes a la expedición,  en resumen,  todos aquellos detalles necesarios para el desarrollo de la historia.

Pero conforme va avanzando en la trama y la forma que tiene Julio Verne de representar las estaciones y la naturaleza durante la expedición más allá del paralelo 70º, a los pueblos indígenas o nómadas, el rol de cada uno de los viajeros y las pistas sutiles que da sobre el porvenir de nuestros protagonistas,  hacen que esté pendiente junto  a un atlas para ver por dónde se encontraban en cada momento (sitios que he descubierto y aprendido).

También se tratan temas como la sobreexplotación de especies que los mismos personajes comprueban al ver el cambio de rutas o estacionamiento hacia unos paralelos más elevados por la gran caza que sufren estas, para que se mantenga  el negocio.
A la vez que comprenden que debe haber siempre un límite necesario en la caza y como lo hace saber el teniente Jasper Hobson, al decir que solo se haría con el fin de conseguir comida y el número de pieles necesarias para la compañía y así no profanar  aquella  tierra virgen.
Aunque me hubiera gustado que los soldados Belcher, Hope, Petersen, Garry y Pond hubieran tenido más protagonismo, ya que solo  se les nombra para saber su pensamiento, decir que cumplen sus papeles en la factoría o hablar de forma general de la colonia.


 EL PAÍS DE LAS PIELES II

La segunda parte, circunstancia a la que quería llegar el autor, es bastante intrigante porque no sabes cómo van a reaccionar los personajes y qué harán en cada situación, en cada problema que se les va a presentar..

 Ya  sea al enterarse de que la parte del cabo donde habían asentado la nueva factoría, para agilizar el comercio de pieles, estaba siendo arrastrado mar adentro, hecho provocado por la réplica de una erupción volcánica en UNA NOCHE CON SOL, que produjo la rotura del itsmo que la unía al continente americano.
El saber que la dirección que tomaba la isla los alejaba de toda tierra y se adentraban en los confines del océano glacial, sucediendo una serie de circunstancias como el cambio del comportamiento de los animales, la alteración del terreno con el peligro constante de que se fragmentarse  en islotes dividiendo a los miembros de la ahora tripulación, la congelación del mar en el próximo invierno, el cual estacionó a la isla a más de 600 millas  de tierra firme, el intento fallido de los náufragos  al surcar el “Icefield” (mar/terreno congelado), provocó el quedarse allí el resto de la estación.

Cuando llega la estación cálida les arrastra pasando por el estrecho de Bering  y volver a ver  tierra cerca  y no poder hacer nada frente a las corrientes y clima, provoca un choque con una banquisa de hielo (aglomeración de icebergs), suponiendo un peligro de muerte para algunos miembros de la colonia.

Estas y más historias hicieron sucumbir a todos y cada uno de los personajes, ¿quedará un soplo de esperanza?

Quien quiera descubrir todas estas historias y vivir una expedición  apasionante, que se lea El país de las pieles de Julio Verne.


https://es.wikipedia.org/wiki/El_pa%C3%ADs_de_las_pieles


Vídeo de Youtube de una joven bloguera hablando de este libro  y otros del autor.




     JOSÉ ÁNGEL MESEGUER CABRERA, 4º B


viernes, 24 de abril de 2020

POEMAS DEL CONFINAMIENTO, DAVID DÍAZ , 1º BACHILLERATO INVESTIGACIÓN



“Vida”




Si el viento sopla fuerte
y el río corre bravo
tendremos que adaptarnos,
porque los vientos y las aguas de la vida mansos no son,
y puesto que no podemos librarnos de su azote, no nos queda más remedio
que aceptar el cautiverio
y ver el lado bueno en lo malo,
pues no hay felicidad en los sucesos de la vida
sino en cómo encajamos esos sucesos.


“No sé”

Si no es no, sí es sí, pero no sé es no es.

David Díaz García 1º Bachillerato Investigación

REFLEXIONES DEL CONFINAMIENTO "DESDE MI BALCÓN", ÁNGELA NAVARRO, 4º B


Fotografía tomada desde el balcón de la autora
Desde mi balcón observo estos días cómo nuestro planeta está descansando sin seres humanos contaminándolo,  pero también estoy observando cómo esta pandemia, que a todos nos afecta, nos está uniendo como nunca antes nada lo había hecho.
Nos encontramos todos confinados en nuestras casas y con un solo objetivo: ganarle la batalla al coronavirus. Aunque nos hagan creer que lo peor está pasando o ya ha pasado, yo creo que lo peor está por venir, ya que cuando el presidente del gobierno dé la orden de suspensión del estado de alarma, nada va a volver a ser como antes. Vamos a tener que vernos todos con mascarillas, lo cual va a ser un impacto muy grande, no va a poder haber aglomeraciones de gente (conciertos, teatros,cines...), a corto plazo no van a abrir los restaurantes y no vamos a volver a clase con nuestros compañeros.
Esto que he contado aparentemente es negativo, pero de todo debemos sacar el lado positivo, vamos a valorar más que nunca a las personas que nos rodean;  un abrazo o un beso van a ser más significativos que nunca.
Yo tengo claro lo primero que voy a hacer cuando podamos salir: iré corriendo a casa de mis abuelos a darles un gran abrazo, por todo el tiempo que hemos estado comunicándonos a través de una pantalla. Al igual con toda mi familia y amigos.

                                     ÁNGELA NAVARRO MORENO. 4º B


jueves, 23 de abril de 2020

LECTURAS DESDE CASA


MARÍA DEL MAR CASTELLÓN GARCÍA, DE 4º B, LEE ESTE POEMA
 DE GLORIA FUERTES







ROCÍO CUTILLAS TENDERO, DE 3º D, LEE UN FRAGMENTO DE SU LIBRO FAVORITO




JULIÁN QUILES BAYÓN DISFRUTA DE SU LECTURA


RAQUEL CAVA SALAR, 3º D,  LEE EN SU CASA


ELENA PÉREZ  DÓLERA, DE 2º BACHILLERATO COMPARTE SU LIBRO FAVORITO



POEMAS "DESDE MI VENTANA", MARINA LÓPEZ, 1ºB






DESDE MI VENTANA

Desde mi ventana veo a mi hermana con su chaqueta de pana.
¡Ay, mi hermana! ,¡Ay, mi hermana!
Hablando toda la mañana con mi vecina Juana.
Desde mi ventana veo flores hermosas rojas y rosas ,
y me recuerdan a la chaqueta de pana de mi hermana.
Yo me acuesto en mi cama dirección al norte mirando a la ventana,
y veo a mi vecina Juana limpiando la mampara.
Estoy tranquila viendo el amanecer por mi ventana ,
y llega mi hermana desbaratándome la mañana.

                      MARINA LÓPEZ GIMÉNEZ. 1º B


RELATOS DEL CONFINAMIENTO: "DIARIO DE LA CUARENTENA", OLGA TORREGROSA, 2ºB

Diario: Siete de abril de 2020

Hoy, otro día más de esta cuarentena indefinida. Como todos los días, me he despertado y mirado la hora. Después de frotarme los ojos y ser consciente del momento...espera. Después de despabilarme, me he dado cuenta de que, hoy, ¡sí hoy!, un usual día en este extraño y duradero periodo de tiempo. No es un día similar a los veintitrés que ya llevamos, hay algo que lo hace más especial y lo distingue de lo demás, déjame pensar qué es...siete de abril...

 ¡Hoy es mi cumpleaños! Durante este tiempo de analizar el día que se iba a desarrollar, he estado en la cama, como todos los otros machacones días. Cada día transcurrido, cavilo y reflexiono mucho sobre lo que ocurre y también lo que no. He de reconocer que por mi parte, estoy perdiendo mucho el tiempo, ya que, no llevamos el mismo horario ni el mismo ambiente. Esto se debe a que, por ejemplo, en los estudios, no tenemos contacto como antes con nuestros profesores y compañeros, lo que nos animaba y apoyaba a luchar todos los días con una ilusión. En estos momentos, lo único que se aprecia es enfermedad, angustia y tristeza. Todos somos conscientes de esta situación extraordinaria, de no poder relacionarte con la gente como antes y de ni siquiera disfrutar con tu familia. Especialmente, se me hace cuesta arriba no poder ver a mi abuela, no tocar sus manos, ver su sonrisa, escuchar su voz... esto contribuye a que cada día que transcurre, se hace más extenso y cargante. 
A pesar de todo esto, las verdaderas pasiones nunca desaparecen, en mi caso es el deporte, es algo que en estos días no podría faltarme. Las sesiones online que emite mi equipo de atletismo son muy agradecidas por todos, ya que, normalizan esta situación excepcional, juntándonos de nuevo para hacer lo que nos une con el mismo entusiasmo. Pese a todo lo que ocurre y todo lo que reflexiono, con lo único que me quedo de este día añadido a la cuarentena, es que ya son catorce años y nada que pase me va a parar para tirar la toalla y dejar de perseguir mi sueño: tengo una ilusión por la que lucho cada día y doy todo lo mejor de mí para seguir progresando. ¡Solo me quedan cuatro años para entrar a la academia general del aire del ejército en San Javier! 

Y recapitulando, hoy hay algo que lo hace especial, déjame pensar... hoy es siete de abril... ¡hoy es mi cumpleaños!  

                                   OLGA TORREGROSA ALMAGRO, 2º B

miércoles, 22 de abril de 2020

DÍA INTERNACIONAL DEL LIBRO 2020

Imagen del cartel del Día del Libro 2020
Este 2020 no va  a ser un año normal, eso ya lo estamos viendo. Nos va a cambiar las maneras en casi todos los aspectos de nuestra vida. La celebración del Día Internacional del Libro no iba a ser distinto: este año nos conformaremos con asistir a encuentros digitales, con compartir nuestras lecturas por las redes, por regalar libros por Amazon, ...,  por leer, por supuesto.
Con esta entrada y las anteriores vamos a celebrarlo de la mejor manera: con publicaciones de nuestros jóvenes  escritores en ciernes y con lecturas participativas en la web del IES Francisco de Goya.

Os ponemos enlaces a las páginas más interesantes sobre esta celebración para que el día 23 de abril de 2020 sea un día especial.

http://portal.molinadesegura.es/images/Cultura/Folleto%20Primavera%20del%20Libro%202019.pdf
https://elpais.com/noticias/premio-cervantes/
https://www.diadellibro.eu/dia-del-libro-2020
https://lalunadealcala.com/un-23-de-abril-en-alcala-sin-premio-cervantes-pero-con-homenaje-al-escritor-y-lecturas-virtuales/
https://oferplan.abc.es/blog/eventos/dia-del-libro-2020/

¡FELIZ DÍA DEL LIBRO 2020!

RELATOS DESDE MI VENTANA, MARÍA DEL MAR CASTELLÓN

Fotografía tomada desde la ventana de la autora
Día 58, mis ojos se abrieron y no supe ni qué hora era por suerte o por desgracia. Estoy perdiendo la noción del tiempo. Como de costumbre realicé mi rutina de todas las mañanas solo que esta vez sin pensarlo, todo había cambiado. Al llegar mamá con las tostadas de mermelada de frambuesa y la naranja recién exprimida, vi el rostro del resto de la familia algo serio y yo sin pensar qué podía ser , cometí una de mis incontables meteduras de pata. 

-¿Qué pasa? ¿Y esas caras? Os recuerdo que por fin hoy podemos salir. Por cierto, ayer de madrugada escuché ruidos en casa del tío Benito que me desvelaron. ¿Los escuchaste? 
Y ahí fue, justo en ese momento cuando miré fijamente los ojos de mamá y, hundida en un llanto desolador,  trató de contarme lo sucedido. Conforme iban pasando los segundos sin tener respuesta,  mi mente no hacía más que crear miles de hipótesis sobre lo ocurrido. Tratando de darle tiempo a mamá para que cogiera aire y por fin le echara valor y pudiera sacarme de dudas, me senté en el sofá de la tía Carmen. Nunca antes se me había ocurrido sentarme en él, puesto que es el sitio de papá,  conocido en el pueblo como Jesusito, pero en ese momento eso era lo de menos. Marta, mi hermana mayor, se acercó a por el mando de la televisión y la encendió con ánimo de suavizar un poco el ambiente  y ahí estaba, en el canal 3, las noticias del pueblo, que se adelantaron a mamá. Al parecer, Cudillero ha amanecido sorprendido por el secuestro de 3 hombres, los 3 de la familia Blanco, mi tío entre ellos. 
Las calles de Cudillero de madrugada y en cuarentena son parecidas a las de una película de terror, estrechas, vacías, silenciosas y con apenas campo de visión entre ellas. Pero aquella noche nadie escuchó nada, excepto mamá y yo, bueno y Canela, mi Bulldog francés. Papá reacciono de una manera muy rara al contarle los ruidos que habíamos escuchado y nos miró como si la cuarentena nos hubiera dejado locos. Me  vestí a toda prisa y cogimos la Vespino de papá para ir más rápido a comisaría. Conforme entramos al cuartel de la policía, me sorprendió  la cantidad de diplomas, medallas y demás trofeos otorgados a las autoridades del pueblo. Después de describirle al policía cómo había transcurrido la noche anterior e intentar estimar la hora del posible secuestro, fui a tomarme mi helado favorito a la heladería del pueblo, la Cuquiterraza. La plaza estaba repleta de gente, era impensable el haber estado 58 días encerrados en casa y creo que aquel día,  los  5183 habitantes del pueblo paseaban por sus calles. Aquella noche regresé a casa a las 6 de la mañana de estar con los chicos del pueblo en el puerto;  y pensando que aquella noche había terminado, me tumbé sobre la cama y fue entonces cuando noté  algo en la almohada. Poco a poco metí la mano sobre el forro de las sábanas y saqué una carta con el lacre característico del tío Benito. Con miedo y dudas sobre lo que debía hacer con ella, la abrí con mucho cuidado y me dispuse a leerla: 

"Querida Raquel, si estás leyendo esta carta lo más probable es que haya sucedido lo que tenía sospechado. Confío en ti y en que este secreto se quedará entre tú, esta carta y yo,  aunque sé que esto va a ser duro para ti. 
Hace 17 años me enamoré de una mujer, la mujer más bella y perfecta que he conocido jamás. Ella era capaz de sanar todas mis guerras y día a día mis sentimientos por ella se volvieron uno más de mis sentidos, pero lamentablemente el amor no es tan fácil. Estaba casada con un hombre que a mi parecer no la amaba ni la mitad de lo que yo la llegué a amar en el primer cruce de miradas. Esto no quiere decir que no cayéramos en la tentación. Una noche de luna rosa, sentí la piel de esa mujer junto a la mía y ¡Dios!, me daba pánico, porque era lo más vivo que me había sentido nunca. Aquella noche no solo descubrí el verdadero sentido de la vida, sino que también la creamos: 8 meses y 12  días después dio a luz a la niña más bonita de toda Asturias. Pero me quedé sin disfrutar de ella, puesto que la gente pensaba que aquella criatura era de su esposo. Aquella mujer se llamaba Lara y tú, Raquel, mi hija. Sintiéndolo mucho tu “padre” hace un par de días encontró las cartas que le enviaba  a tu madre preguntando por ti. Ayer mañana, tu madre me llamó y me dijo que me protegiera, su esposo estaba buscando la manera de vengarse e iba a mover cielo y tierra. Tranquila, estoy bien, todo ha salido como lo previsto, me encuentro camino a Cuba con mis dos hermanos, allí tenemos un par de familiares. Quiero que no le digas esto a nadie, ni a mamá. Cuanta menos gente sepa dónde estoy, todo será mucho mejor. Respecto a los ruidos,  los hicimos por desconcertar a Jesusito, pensando que nos han secuestrado estaría satisfecho y no nos buscaría. Nunca me olvidaré de ti, y tranquila cariño, pronto volveré. 

Te quiere, papá. "

                               MARÍA DEL MAR CASTELLÓN. 4º B

RELATOS DEL CONFINAMIENTO "DESDE MI VENTANA", AROA MOLINA

Imagen de una ventana decorativa de vinilo  de Google

Pensamos que al mirar por una ventana poco podemos hacer, aparte de ver el tiempo y escuchar las conversaciones de nuestros vecinos,  pero si miras un poco más allá puedes encontrar más cosas. Os voy a poner por ejemplo lo que yo veo desde mi ventana:

Cuando era más pequeña pensaba que este era el peor sitio donde vivir, pues me estresaba mirar por la ventana. Solo veía una carretera, un descampado sin vida, unos edificios y unas montañas al fondo. Me resultaba aburrido. En cambio ahora, cuando necesito relajarme miro por la ventana.

A veces me gusta cerrar los ojos y ese insignificante descampado se convierte en una selva con un millón de especies de plantas distintas. En ella habitan hermosas panteras que andan exhibiendo su pelaje por todas partes y, si se está atento, se pueden ver un montón de hadas de distintos colores. Los pequeños pájaros se posan en las casas a descansar y quiero pensar que es Hedwig, la lechuza de Harry Potter, que viene a traer una carta. Desde aquí alcanzo a ver Sierra Espuña y, cuando hay tormenta, imagino que es Mordor, la montaña oscura de El Señor de los anillos, vigilando con el ojo de Sauron. En cuanto a ‘esos’ edificios, uno de ellos es Fini, y me encanta abrir la ventana y respirar ese aroma dulce. Poniendo en marcha mi mente de nuevo, el descampado vuelve a cambiar su forma. Esta vez se convierte en la fábrica de Willy Wonka, de Charlie y la fábrica de chocolate.
Ya veis lo que se puede hacer con una ventana, un paisaje cualquiera y un poco de imaginación, espero que también podáis ponerla a prueba.

                                                              AROA MOLINA PEÑARANDA. 3ºA

lunes, 20 de abril de 2020

EL CÓMIC A PARTIR DE LA LECTURA

Se exponen aquí los trabajos de  alumnos de 1º A realizados a partir de la lectura de los mitos griegos y romanos que la profesora Antonia Ramón les mandó.

ANA MARÍA ZAMORA Y NEREA FERNÁNDEZ




HÉCTOR MARTÍNEZ Y JORGE REDONDO


JOSÉ ANDRÉS BERNAL Y KIKE MARQUÉS


HELENA CASTELLÓN Y VIOLETA MARTÍNEZ


ANA LAURA POCHOLI Y MARÍA BUITRAGO


jueves, 2 de abril de 2020

Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil


En Agoragoyadigital queremos celebrar este día tan especial de este mes singular de este año esperemos que excepcional.
La literatura infantil y juvenil es la puerta por la que se entra a la lectura y a la escritura. Como blog que pretende fomentar la lectura y  la escritura en la adolescencia, no podemos dejar pasar esta oportunidad de  llegar a través de este medio a los lectores, que deben estar deseosos de entradas nuevas.
El primer enlace de los dos que hay más abajo, al que pertenece el cartel que ilustra esta entrada, es de la revista de Literatura Infantil y Juvenil Babar. En él podréis encontrar el porqué de la celebración de este día, el Manifiesto de este año y de los anteriores. Podréis también acceder, por supuesto, a la revista, con sus novedades, premios,  noticias, etc.
El segundo enlace es el de la web oficial del escritor más prolífico de la literatura juvenil actual, Jordi Sierra y Fabra. En ella hallaréis noticias de sus últimas publicaciones, entrevistas, sus libros, etc. 
Entre el contenido esta página, hay que destacar la etiqueta ESPECIAL: EL CUENTO DE HOY  en la parte superior izquierda. Ahí  cada día coloca el escritor un cuento nuevo para vosotros, los jóvenes lectores. El correspondiente al todavía día de hoy, 2 de abril, es una versión inédita del famoso cuento de Hans Christian Andersen "El soldadito de plomo".
Esta es la colaboración altruista del escritor para mantener entretenidos a sus lectores,  que no pueden acceder a sus libros ahora como no sea por internet. Os animamos a ir leyéndolos día a día y comentarlos. Esperamos vuestros comentarios con avidez.

¡Feliz Día del Libro Infantil y Juvenil del año 2020  y del Día Mundial de las personas con Autismo! Ya que coinciden las fechas, vaya para las personas con autismo y sus familias también nuestro apoyo,  siempre y especialmente en  estos días.