domingo, 9 de octubre de 2022

QUINTA OBRA DEL PREMIO JOVEN DE TEATRO: PARA ACABAR CON EDDY BELLEGUEULE


Imagen tomada de https://teatrojoven.molinadesegura.es/ 



 Lucía Martínez García, 2º bach.:

"Al principio, la puesta en escena no me gustó mucho, pero conforme fue avanzando la obra, me pareció de las mejores por todos los eescenarios que había dentro. Los actores eran exceelntes, ya que solo entre ellos dos supieron encargarse de todos los personajes y de los temas de decoración y música."

Aroa Molina Peñaranda, 2º bach.:

"A mi parecer fue la mejor obra. Solo dos actores fueron capaces de crear una gran historia. Fue cómica y sentimental a la vez. Transmitió muchas emociones y supo llegar al público."

Irene Martínez García, 2º bach.:

"Para mi gusto fue la merecedora ganadora de este premio, a la que yo voté.  A pesar de su larga duración, estuve tan atenta y me gustó tanto que incluso me hubiese gustado que durase un poco más,pues me quedé ansiosa por saber más de la vida de Eddy.

Esta obra trata de la alutobiografía de Édouard Louis, o Eddy anteriormente, la cual aborda temas de abusos familiares, homofobio o bullying. Eddy es un chico homosexual que vive en un pueblofrancés  obrero, donde todavía no se acepta ser gay o afeminado. Esto le envuelve en muchos problemas con todo el mundo del pueblo incluso consigo mismo, ya que en un momento se ve cómo él quiere cambiar para que los demás lo acepten. Al final logra huir de ese pueblo cumpliendo su sueño de estudiar interpretación.

Después de ver esta obra, me gustó tanto que incluso investigué sobre el libro, que por cierto  quiero leer, y sobre qué es de Eddy ahora."

Marta García Reigal, 2º bach.:

"La puesta en escena y la interpretación me pareció superoriginal. Creo que los actores se mostraron muy cercanos al público y eso me ayudó a conectar con el personaje al que representaban. Esta obra fue mi favorita."

CUARTA OBRA DEL PREMIO JOVEN DE TEATRO: LA PERSPECTIVA DEL SURICATO

VALORACIONES:



Imagen tomada de https://teatrojoven.molinadesegura.es/



Lucía Martínez García, 2º bach.:

"Desde el primer momento me encantó; era una obra en la que había que estar atento porque el modo en el que transmitían el mensaje se iba entendiendo conforme avanzaba la obra. Los actores son muy bienos y la obra está muy bien dirigida y realizada. El tema es actual, por eso creo que es importante que  se nos eduque en la diversidad y en la integración de todas las personas desde pequeños."

Irene Martínez García, 2º bach.:

"Lamentablemente de esta obra no me enteré mucho por quienes estaban detrás de mí sentados, pues no pararon de hablar. Aun así, entendí que era un grupo de suricatos que eran diferentes al resto, discapacitados, que habían huido del fuego y formaron un hogar hasta que todo estuviera mejor y pudieran volver a sus casas. Entre ellos se cuidan y  se respetan a pesar de sus diferencias. También se quieren y se aprecian, cosa que se ve que no tenían en sus casas. Trataron el tema de forma delicada y agradable."

Marta Garcia Reigal, 2º bach.:

"Destaco que hubiese intérpretes de lengua de signos, por ser algo poco habitual y tan incluyente."


APRENDER DE NUESTRO PASADO, POR DAVID TANKO DRAGOMIRESCU, 4ºC

 

Imagen del nuevo edificio del supermercado en Molina de Segura


    Barcelona es una ciudad portuaria localizada en la comunidad autónoma de Cataluña. Es una de las ciudades más importantes de España, conocida en parte por su arte y arquitectura, tanto como por su equipo de fútbol. Tiene una larga historia de conquistas y renovaciones, lo cual ha causado que sea una ciudad bastante multicultural. Desde los layetanos, griegos y fenicios, hasta los romanos, visigodos, franceses y musulmánes, hay mucho por ver, aprender y disfrutar sobre la historia de la ciudad.

Multiculturalidad

 Todos los seres humanos pensamos de manera fundamentalmente diferente, y todos tenemos nuestros propios pensamientos, creencias, opiniones, tradiciones, etc. Todos tenemos nuestra propia cultura, y al relacionarnos con otros es cuando aprendemos sobre la cultura que tienen ellos. Somos animales sociales por naturaleza, y mucho de lo que hacemos afecta de una manera u otra a la vida de otros, nos demos cuenta de ello o no. La única manera de aprender y saber hacer lo correcto en estas situaciones es aprendiendo de las culturas de otros, y escuchándoles. Todos somos iguales, y todos tenemos el derecho a ser escuchados y a que nos escuchen.

    Es por esto por lo que una ciudad multicultural es una ciudad progresiva. Si una sola persona, con un solo punto de vista, intentase opinar, pensar, creer, hablar, etc, sobre las culturas de otros sin su ayuda, cabría una gran posibilidad de errores, conflictos, incomunicación, y muchos otros problemas.

Enriquecerse culturalmente con la ayuda de otros es una de las maravillas de esta vida que tenemos, y una de las mejores maneras de crecer como persona.

Así que, ¿por qué no disfrutarla?

 

Ciudad Portuaria

      Una ciudad portuaria es una ciudad que está situada a la orilla del mar, y que aprovecha de él para desarrollarse económica y socialmente. El nombre “portuaria” viene de puerto, y generalmenente da una mayor importancia a la costa y al transporte marítimo que otras ciudades. Barcelona es una ciudad portuaria, y su localización y acceso al mar le ayuda a cobrar importancia respecto a otros núcleos urbanos.

   No es difícil ver las ventajas que esto le proporciona a Barcelona y a sus habitantes, pues vivir al lado del Mar Mediterráneo permite fácil acceso a todos los países que lo bordean, sea por turismo, o por actividad económica. También facilita el acceso a su costa, y atrae una brisa más fresca y limpia que países con menor acceso al mar.

     Sin embargo, a coste de este crecimiento económico, ser una ciudad portuaria también significa ser una muy urbanizada. El ruido de los barcos, el oleaje del mar y el murmullo de las calles es  incesante, y los humos y aromas causados por su industria no tranquiliza a su ambiente. Su posición como núcleo urbano atrae a muchas caras de variados lugares, pero es probable que no todas sean amistosas, y que no siempre haya oportunidades para todo el mundo.

   A pesar de todo esto, vivir en una ciudad portuaria tan importante como Barcelona debe de ser una experiencia muy fascinante, y es en parte la causa de su popularidad.

Los Tiempos Cambian

    Barcelona no siempre ha sido tal y como la conocemos. Gracias en parte a su larga historia y diferentes culturas, ha habido muchas renovaciones y cambios desde su concepción en la Antigüedad. Edificios han sido derribados, industrias y monumentos han sido levantados, avances se han desarrollado, y la cultura y vida de sus habitantes han sido fundamentalmente alteradas debido a ello.

    Evidentemente, no es solo Barcelona la que ha sufrido cambios con el paso del tiempo. Murcia (donde imagino que la mayoría de nosotros vivimos) también ha cambiado mucho desde su creación durante el reinado musulmán, y muchos restos de estos cambios se pueden apreciar andando por la región.

      Sin embargo, yo personalmente no he vivido durante mucho tiempo en Molina de Segura, en Murcia. Y mis padres tampoco. Por lo que no tengo una muy buena idea de los cambios recientes que han ocurrido en la localidad.

     Conozco alguna que otra renovación reciente, como la nueva versión del supermercado Lidl que construyeron hace unos años, cerca de la rotonda donde vivo (el cual a decir verdad me gusta más gracias a su diseño más moderno y nuevo aparcamiento subterráneo), o el nuevo supermercado Family Cash, el cual reemplazó al Eroski que solía haber al otro lado de la misma carretera que el Lidl (que en realidad es básicamente lo mismo que su versión antigua, que yo recuerde), pero aparte de cosas menores como aquello, no he visto demasiado cambiar durante mi estancia aquí, ni sé de mucho que haya cambiado que yo no haya visto. Nunca fui una persona a la que le interesasen o importasen mucho estos temas, por lo que tampoco creo que lloraría si viese a la ciudad entera cambiar completamente en las decádas futuras.

     No dudo en pensar que Murcia también tiene una gran historia, igual que Barcelona, pero no sé mucho sobre ella, así que  lo dejo para posteriores investigaciones.

Conclusión

    Nos interese o no, diría que es importante tener un entendimiento general sobre la historia de donde venimos, y aprender de ella. Es de donde vienen nuestras culturas, y lo que nos ha llevado hasta el día de hoy. Barcelona llegó a ser un núcleo cultural gracias a que aprendió de su historia y su cultura, por lo que no estaría mal que nosotros aprendiéramos de la nuestra también.

Aunque sea solo la renovación de un supermercado al que te guste ir.



NOTA
: esta redacción es un trabajo de clase a propósito de la lectura del tema 1 del libro de texto de 4º, de la editorial Anaya.

jueves, 29 de septiembre de 2022

EN BUCLE, TERCERA OBRA DEL II PREMIO JOVEN DE TEATRO DE MOLINA DE SEGURA

 

Imagen de 
                                                   https://teatrojoven.molinadesegura.es/

 El lunes 26 se representó En bucle, de Rayuela – La Nave (Castilla y León). 

Anass El Aynous (1º Bac.):

"De la obra de teatro En bucle destaco las canciones, que fueron geniales, aunque también considero interesante el tema principal, el desempleo juvenil; la obra muestra cómo se sienten esos jóvenes."

Daniel Cutillas Cremades (1º Bach.):

"Me quedo con la profesionalidad de los actores y la buena forma de transmitir el mensaje."

Pepe Caballero Moreno (1º Bach.):

"En mi opinión, a la obra le faltó algo de trama para mantener al espectador atento y le sobró un poco de música."

Álvaro Gomariz Bernal (1º Bach.):

"A pesar de que a veces no se escuchaba bien, el objetivo de la obra se cumple: hacer pensar a los jóvenes en cómo está el mundo del trabajo en la actualidad. La escenografía es muy original."

Amal Toufik (1º Bach.):

"Al principio la obra me pareció un poco rara, pero al poco tiempo me  pareció interesante cómo reflejaban distintos temas a través de la música y el baile."

Yaiza González (1º Bach.):

"Esta ha sido hasta ahora mi obra favorita; refleja cómo está la sociedad en estos tiempos. Me gustó que al final se presentaran y dijeran su propia experiencia, como que compartían piso o vivían con sus padres."

Lorena Campuzano Torrano (1º Bach.):

"Destaco el escenario,  el vestuario y las canciones".

Irene Martínez García (2º Bach.):

"Esta obra reivindica el derecho al trabajo para los jóvenes de 23 a 35 años más o menos, ya que a pesar de tener una o varias carreras no los contratan; y si lo hacen, los despiden cuando tienen que ascender  o no les pagan lo que se merecen. Lo que me gustó menos no fue el tema, que considero interesante y preocupante, sino que fuera musical, pues las canciones no fueron atractivas."



lunes, 26 de septiembre de 2022

LA METAMORFOSIS DE GREGOR, SEGUNDA OBRA DEL CONCURSO II PREMIO JOVEN DE TEATRO

 

Imagen tomada de 
                                               https://teatrojoven.molinadesegura.es/

El día 22 de septiembre se representó la segunda obra de teatro que opta al premio joven de este año. Se trata de la obra La metamorfosis de Gregor, de El Aedo Teatro de Madrid.

Igual que en la entrada anterior, algunos de los alumnos que asistieron a la representación opinan sobre ella:

David Gómez Valero, 1º Bach:

"Lo que más me gustó de la obra fue: la capacidad de entretener durante una hora y media un solo actor. También el montaje audiovisual y la interacción con el público".

Anass El Aynaus, 1º Bach:

"La obra me gustó bastante porque el protagonista ha sabido mantener entretenida a la gente, sobre todo haciendo que el público entrara en Instagram y votara. Creo que es uno de los grandes valores de este montaje, el uso de la tecnología, lo que la hace una obra de suma actualidad e interesante para los adolescentes. Aunque a mí antes no me llamaba la atención el teatro, esta obra  supo entretenerme una hora y media, que se me pasó muy rápido, e hizo despertar en mí el interés por el teatro."

Crítica publicada en La Verdad, escrita por una alumna del Goya, Juanita López Monje.



domingo, 25 de septiembre de 2022

II PREMIO DE TEATRO JOVEN


Imagen tomada de https://teatromolina.es/


 OPINIONES SOBRE LA PRIMERA OBRA REPRESENTADA, GOLFA

Golfa se representó el día 21 de septiembre en dos sesiones, mañana y noche. A la primera sesión fueron alumnos y alumnas de todos los centros de Molina. Del Goya, concretamente, fueron los cuartos A, B y C. Por la noche fueron los  del jurado del II Premio Joven y todos aquellos que pudieron aunque no formaran parte del jurado.

Estas son algunas de las opiniones de los asistentes a ambas sesiones:

Irene, 4ºC:

"Lo que más me gustó de la obra fue el final, porque dio un giro dramático inesperado sobre el contexto del  inicio."

David Tanko, 4º C:

"La obra ofrecía ideas interesantes sobre las que pensar, pero la ejecución en sí no me pareció ideal. El diálogo era bastante exagerado; el conflicto, muy melodramático; los personajes todos menos el sexólogo no parecían personas muy buenas ni respetables, y el mensaje muy insistente en ser políticamente correcto."

Mario García Capel, 1º Bach:

"Me pareció muy interesante la puesta en escena y la representación en sí, quedé sorprendido. Sobre todo el juego de luces y la distribución escénica."

Jennifer Arce, 1º Bach:

"Me pareció entretenida y transmite un mensaje muy importante que se nos debería inculcar desde pequeños."

Mario García Rodríguez, 1º Bach:

"La obra me gustó mucho y se me pasó el tiempo muy rápido. Hablaban de un tema muy interesante, la educación sexual a los adolescentes,  del que se dieron distintos puntos de vista."

Yaiza González, 1º Bach:

"Creo que se enfoca muy bien en la realidad. Me pareció, también, muy interesante el rap final de la chica, que con todo lo que dijo consiguió ponerme los vellos de punta."

Olga del Oro Madrid, 1º Bach:

"Me pareció una obra muy original, sobre todo la manera en la que se interpreta el tema, ya que creo que los jóvenes tienen que ser conscientes de la importancia de tener una adecuada educación sexual."

En esta página está el programa del 53 Festival de Teatro y el del II Premio Joven de Teatro.

https://teatrojoven.molinadesegura.es/

Crítica realizada por una alumna del IES Vega del Táder:





MIS ESTUDIOS Y MI FUTURO PROFESIONAL, MARÍA REDOLAT GÓMEZ, 1B-AG

   

    

Imagen de https://www.pinterest.es/pin/527413806334663751/



   Nos han pedido que hagamos una redacción sobre la razón por la que elegimos este bachillerato, yo realmente no sé muy bien por qué lo elegí. Supongo que era el que tenía las asignaturas que más me gustaban. 

   Siempre he sido muy buena estudiante, aunque con dificultades, como todos, pero eso no me ha impedido avanzar y cumplir mis metas. Desde pequeña siempre he querido ser profesora, por lo que es una carrera que siempre sueño con completar. También quiero estudiar un Grado Superior de Administración de Empresas y Contabilidad. El día de mañana no sé en cuál de las dos especialidades estaré ejerciendo, pero sí sé seguro que completaré ambos estudios, y que  en lo que sea que trabaje, habré hecho lo correcto.

   Hoy en día el estudio es un derecho que no nos pueden quitar, quizás hay pensamientos de que mujeres y hombres no son capaces de estudiar y trabajar en lo mismo, pero vivimos en un país de libre elección y cada uno es un mundo diferente, con gustos únicos y capaces de conseguir todo aquello que se proponga, en cualquier campo, no solo en los estudios.

MIS ESTUDIOS Y MI FUTURO PROFESIONAL, JHOSSUA F. AUCANCELA CAIZA (1B-AG)

  

Imagen extraída de https://www.donderepararportatil.com/2013/08/reparacion-ordenadores-en-badajoz-y-a-domicilio-servicio-tecnico-barato/


 De primeras pensé  estudiar  para hacerme policía, era mi sueño empuñar un arma, pero luego sentí miedo y demasiada presión ante una hipotética situación crítica. Luego, mis padres me regalaron una tablet y me empezó a interesar el mundo de la tecnología. Cuando por primera  vez vi un ordenador con luces led incorporadas, me decanté decididamente por la informática.

   Repetí dos veces en la ESO y nunca pensé acabar en Bachiller;  mi objetivo era  la FP de Informática, pero no lo conseguí. Al principio me enfadé un poco, pero ya que es mi sueño, estoy aprendiendo desde casa las bases de la informática y todo lo que necesito saber sobre ese mundo, para meterme en el Grado Superior y  conseguir ser lo que quiero, un buen informático y asistente de reparación.

   Tanto hombres como mujeres somos libres de estudiar lo que queramos. Si un hombre quiere estudiar letras, lo hará; si una mujer quiere ser informática, lo será;  si es su pasión, lo conseguirán. Eso de que hombres y mujeres tienen que estudiar ciertas cosas está muy anticuado, estamos en una nueva generación en la que cada cual puede estudiar lo que sea, eso es el pasado y hoy es el Futuro.



COMIENZA UNA NUEVA AVENTURA: BIENVENIDOS AL CURSO 2022/2023


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LA VUELTA  A BACHILLERATO

CORA AMADOR LUCAS

1º BAG


  Soy repetidora, no por vaga sino por una situación malísima que por desgracia presencié el año pasado.

  Al cumplir los 18 años, una se debate constantemente entre el trabajo o el estudio, y es así como se puede descontrolar. Uno se pone en modo automático y ve todo pasar, ve cómo su alrededor logra sus propósitos mientras que él o ella no hace nada por salvarse. Cuando toqué fondo, y casi caigo en depresión, decidí no saber nada de los estudios e irme directamente a trabajar. Durante cuatro meses trabajé en la fresa en Francia, y gracias a esa gran experiencia, conseguí espabilarme y darme cuenta de lo fuerte que soy. Debido a esto y a unas cuantas charlas, decidí retomar el bachillerato para posteriorme hacer un Ciclo de Grado Superior  de Educación Infantil.

   Igual  en mujeres como en hombres es totalmente normal fracasar, pero es muy necesario tanto recaer como tocar fondo para darse cuenta de las grandes cosas que pasan en nuestro día a día y las oportunidades que nos ofrece la vida.

  En pleno siglo XXI cada persona, sea de la condición sexual que sea, puede llegar a ser lo que quiera, siempre y cuando haga lo posible por lograr lo que quiere,  a pesar de tener malas rachas.

  Cualquier trabajo es digno tanto para unas finas manos como para otras llenas de callos, así que a día de hoy no hay que pensar en el  género ni en el físico sino en la capacidad, voluntad y fuerza mental que debemos tener constantemente.

martes, 28 de junio de 2022

ZAIRA JIMÉNEZ SÁNCHEZ, FINALISTA DEL V PREMIO DE RELATO LORENZO SILVA

Zaira leyendo su discurso de agradecimiento. Detrás Juan Ramón Barat, presidente del jurado

 El  pasado viernes 24 de junio se celebró en el balneario de Archena la entrega del V premio de relato Lorenzo Silva, organizado por el colegio El Ope.

Zaira, de 1º de bachillerato, fue una de los nueve finalistas de entre casi cuatrocientos relatos presentados desde todos los puntos cardinales de España. La alumna estuvo arropada por su familia, el profesor de Lengua del IES Francisco de Goya, Jesús Leal, y la profesora de Lengua de su anterior centro, Elisa, del IES Vega Media de Alguazas.

Aquí os dejamos el relato finalista junto con un par de fotos del evento y el enlace al vídeo que está disponible en la página del colegio El Ope.

¡Enhorabuena!

Disfrutad  de este magnífico relato, con el que podéis iniciar las lecturas veraniegas. ¡Felices vacaciones!


Zaira y Jesús Leal, su profesor de Lengua en el IES F. de  Goya



                                                                                                          

                                                                                                     

                                      Mía 



                                                                  “Si nada nos salva de la muerte, al menos 

                                                                   que el amor nos salve de la vida.”

                                                                                                       Pablo Neruda 


   Cuando esta horrible presión en el pecho comienza a asfixiar, no existe mejor sensación que notar los primeros rayos del atardecer inesperadamente a través de la ventana. Me encontraba tecleando en el ordenador de la oficina cuando una fresca brisa ha acariciado mi piel, y cesando por un momento el aburrido sonido de las teclas, he cerrado los ojos y me he dejado embriagar por el ambiente. El dulce aroma a jazmines de una floristería cercana ha conseguido hacerme disfrutar de escasos cinco minutos que han significado un enorme sosiego, sin dar importancia al tiempo o a lo que pudiera suceder más allá. 

   Regresando a la realidad he recorrido la vista por el espacioso despacho y algunos de mis compañeros, cuyos nombres no me he esmerado en recordar, permanecían aún en la sala. Estirando mi brazo para que la manga descubriera el plateado Rolex he observado cómo se marcaban diez minutos desde que mi jornada había finalizado, por lo que tratando de disimular el cansancio y cerrando la pantalla del portátil agarro el asa de mi maletín forrado de brillante poliéster negro. Las suelas de mis zapatos son las únicas que generan un constante compás en la sala mientras me acerco apresurado al ascensor, sintiendo cada vez más lejano el sosiego de esa ventana. Cuando las puertas del elevador se cierran y la molesta musiquita comienza a reproducirse permito que mi cabeza recaiga sobre su propio peso, mirando hacia el techo, pensando en todo y en nada al mismo tiempo con un lánguido suspiro.

    En apenas unos minutos alcanzo por fin la pesada puerta principal, que al empujarla siento como una bocanada de aire fresco me envuelve y discurre hacia la avenida que, en este momento del día, suele estar abarrotada de personas que caminan sin siquiera cruzar miradas entre ellos. Avanzando calle abajo me dedico a observar las nubes y oír el lejano canto de las aves buscando refugio. Vuelvo a cerrar mis ojos tratando de atrapar cada pequeño rayo de luz cuando el olor a jazmín se intensifica, y en este momento me deleito contemplando el espectáculo de colores que siempre se encuentra en el stand de flores del final de la calle. Plantas y brotes de todos los colores, formas y olores decoran el mimado puesto, pero observándolas, un pequeño ramo de lirios capta mi atención. Mi mirada, fija y perpleja, no puede despegarse de ellos. 

  Todavía cautivado por sus rosados pétalos lo compro, y sin intercambiar ni una palabra con el vendedor camino lentamente por la avenida. Esta vez nada logra distraerme de estos delicados pétalos. Cabizbajo, con el ramo entre mis manos y acercándolo contra mi pecho comienzo a recordar. Una tormenta de recuerdos me golpean mientras me aproximo a ese lugar, notando cómo el frío de la llegada de la noche congela hasta el alma.

    Recuerdo aquel día como si fuese ayer. Aún puedo notar como las imágenes se clavaban en mi pecho al igual que puñales y me daban la certeza de que ya nada podría volver a ser como hasta ese momento. Todavía puedo cerrar los ojos y notar su olor, ese distinguido aroma a lirios en plena primavera, acompañado de esa preciosa risa que para mis oídos era la más bella canción. Todo a su lado era luz, hasta que llegó el tormento, nuestro tormento. 

                                                    *** 

   Se trataba de un caluroso sábado de verano que te obligaba a permanecer más de lo normal entre las sábanas, aunque Mía nunca consideraba esa opción. Lentamente regresaba en mí, frotando mis adormilados ojos y percibiendo los rayos de luz que por la persiana entreabierta se escapaban, formando así alargadas siluetas rectangulares que impregnaban cada rincón de la habitación. Encogiéndome aún sobre el colchón pude distinguir el sonido de la sartén acompañado de un sutil aroma a café. Tras apenas unos instantes me incorporé y, aún indolente, caminé por el pasillo hasta alcanzarla. 

    Cuando me encontraba en el umbral de la puerta apoyé mi hombro sobre el marco y en silencio permanecí observándola. Ella distraída, en cuerpo presente pero con los pensamientos volando, cocinaba nuestro desayuno. Sin percatarse de mi presencia me aproximé a su espalda y la envolví con mis brazos, reposando mi mentón en su cuello mientras ella servía las tazas. Sobresaltada volvió en sí y, por fin, posó su verdosa mirada en la ventana. Observaba la calle y a los que por allí caminaban, y sin expresión ninguna se escabulló de mí y salió de la cocina. Noté que sus labios estaban sellados pero su mente no cesaba de gritar, por lo que no dudé en ir tras ella.

    Finalmente logré alcanzarla en el salón. Se acurrucó en uno de los sillones, flexionando y abrazando sus rodillas para apoyar en ellas su delicada frente. No podía ver su rostro, pero era evidente que algo sucedía. Preocupado me acomodé a su lado, y mientras recogía su castaña melena me preguntaba qué debía decir o hacer, aunque ella no me permitió formular pregunta cuando rápidamente se volvió a marchar de la sala al notar mis manos acariciando su cuello. Confundido dejé caer mis brazos sobre las rodillas, y acto seguido su teléfono móvil resolvió todas mis dudas al iluminarse repentinamente la pantalla. Ningún sonido o llamada, simplemente un mensaje, aquel texto que comenzó todo, una sencilla oración: “Seguro que estás preciosa cuando duermes”. Por un momento no supe cómo reaccionar. Deseaba respuestas, pero ella no notaba cómo podía escuchar sus sollozos desde el salón.

   Necesitaba huir de aquella casa. Mis pasos descalzos eran los únicos que marcaban presencia mientras caminaba apresurado al vestidor, y tras un par de minutos estaba listo para salir. Ya con una mano en el pomo de la puerta frené en seco y pensé en Mía. Dudoso acabé dándome otra oportunidad buscándola por casa. 

   Mareé por todas las habitaciones hasta que escuché un susurro en el cuarto de baño. Esperé a la posibilidad de que ese murmullo fuese acompañado por más palabras, pero cuando no hubo más que silencio entré, empujando lentamente la puerta, provocando así un desagradable crujido. 

   Para mi sorpresa yo era el único que permanecía en aquel cuarto mientras el viento que accedía por la ventana agitaba las blancas cortinas. Confundido pasé lentamente y deslicé el vidrio del ventanal hacia abajo mientras observaba el resto de muebles, y en ese momento fue cuando comenzó mi verdadera pesadilla, exactamente en el instante en el que vi aquella imagen. 

   A mi derecha había un amplio espejo por el cual pude ver reflejado mi rostro perplejo al distinguir una foto polaroid en él. Al despegarla para apreciar su contenido fue cuando pude distinguir a Mía junto a él, aquél hombre que acabaría siendo mi condena. Sonreían juntos, ella se veía feliz y sus pupilas relucían cual diamantes. Afligido la dejé caer sobre el lavamanos mientras me aseguré de hacer un sonoro estruendo con la puerta al cerrar. 

                                                    *** 

   El silencio y una profunda oscuridad inundaban el apartamento cuando regresé de nuevo. Me había encontrado con un antiguo compañero en El Puerto, y dicha coincidencia acabó extendiéndose más de lo previsto con un par de copas. 

   Ya estaba avanzada la madrugada, por lo que cuidadosamente me adentré en el dormitorio donde Mía descansaba. Me acomodé entre las sábanas, notando la profunda respiración de esa hermosa mujer, y cuando mis ojos cayeron agotados sucedió lo que jamás podré olvidar. 

   De pronto me sentí envuelto por una radiante luz que no cesaba de destellar y no sabía distinguir de donde surgía. Perplejo abrí mis ojos y comprobé que no me encontraba en el dormitorio. Allí a donde mirase todo daba vueltas, la música taladraba mis tímpanos, los miles de licores olorosos invadían mi olfato y un cúmulo de desconocidos saltaban a mi alrededor. 

   Comencé a sentir una fuerte presión en el pecho que solamente supe controlar cuando vi a Mía entre la multitud. Se encontraba sola y parecía buscar a alguien con la mirada, y mientras apoyaba su frágil mejilla sobre una mano mostraba desanimados los labios.

   Encandilado me apresuré hacia ella, pero antes de poder dirigirle una sola palabra alguien se sentó a su lado… era él otra vez, el mismo que posaba junto a ella en la fotografía. Pude sentirlo como si miles de cuchillos se clavaran en mi pecho cuando sin importarle mi presencia besó sus labios. Juro que traté de separarlos, pero ni los golpes ni los gritos sirvieron. Me sentía invisible. 

   De pronto noté un ardor en mi pecho, y cuando desabroché la camisa descubrí una profunda herida sangrante. Esta crecía y el dolor comenzaba a ser insoportable. Todo daba vueltas, la música, el alcohol, Mía, aquel extraño. Conseguí expulsar mi más desgarrador alarido mientras todo se ahogaba en la más oscura sombra. De pronto me pareció oír como dentro de mí ella me susurraba: Andrés, vuelve. En ese momento me incorporé desatando un largo suspiro frente a la perplejidad de Mía, que me observaba despeinada y adormilada. Miré a mi alrededor y todo lo que había visto hasta aquel momento desapareció, solamente nos encontrábamos ella y yo en el silencioso dormitorio. Aún jadeante y sudoroso no aceptaba lo que acababa de presenciar, pero Mía sonriendo besó mi mejilla y apagando el despertador me preguntó qué desayunábamos aquella mañana.

                                                 *** 

   Cuando fui a la cocina en busca de Mía ella lucía una repentina simpatía que contrastaba con mi aturdimiento. Estaba seguro de lo que había visto aquella noche, y traté de conducir la conversación al extraño mensaje del día anterior.

 - ¿Te apetece café? – preguntó Mía. 

- No –contesté bruscamente– ¿Hay algo que quieras contarme? 

- Si no me das más pistas no sé de qué hablas, Andrés. 

- Ayer alguien te escribió y no parecías tranquila, ¿debería de saber algo? 

- Imaginaciones tuyas. Termina de desayunar, yo no tengo más hambre –dijo ella antes de marcharse apresuradamente de la cocina.

    No sabía si aquel texto procedía de ese hombre, pero la única idea que valoraba era descifrarlo todo. Puesto que ella me esquivaba y no estaba por la labor de contarme qué estaba sucediendo en esa maldita casa, decidí investigar yo mismo. Cuando Mía se ausentó indagué a fondo en su teléfono móvil, pero parecía haberse esfumado todo: no encontré más mensajes, fotos, contactos, llamadas… Absolutamente nada. 

   Traté de recordar cualquier detalle que me ayudara en ese enigma. Los pensamientos retumbaban en mi memoria cuando recordé un cajón especial que guardaba con cariño en el vestidor. De inmediato fui en su busca, a pesar de que ella insistía en que el contenido de ese baúl eran asuntos privados. Aunque la había visto guardar cosas dentro de él mil veces, nunca tuve la oportunidad de inspeccionarlo a fondo, por lo que no sabía con certeza qué encontraría. 

   Este estaba detrás de toda su ropa, camuflado entre sus zapatos y abrigos más largos. Cuidadosamente lo extraje del armario, destapé su cubierta y revelé todo lo que en su interior descansaba. Lo primero que hallé fueron nuestras fotos de matrimonio, en las cuales Mía lucía hermosa vestida de blanco, con su pelo castaño recogido en un desenfadado peinado, sonriente, abrazada a mí; deseaba con todas mis esperanzas recuperar aquella paz. Tras eso profundicé y encontré algunos regalos que le entregué en nuestra juventud: varias cartas cuyo papel comenzaba a deteriorarse y flores secas entre unas joyas. Pero lo que realmente me perturbó fue lo que había al final del arca. Tras un sinfín de recuerdos ahí estaba, la fotografía que encontré fijada en el espejo el día anterior, donde vi por primera vez a aquel indeseable que se había propuesto perseguirme hasta en sueños. A pesar de ser una simple imagen podía notar como sus ojos azules me penetraban las pupilas, mientras Mía a su lado se prendaba de su olor. Esta vez detrás de la fotografía había un nombre y una fecha: Alejandro - 2013. Seguía sin comprender nada, pero escuché cómo los pasos de Mía se aproximaban, por lo que tuve que esconderlo todo.

                                                     *** 

  Aquella noche no pude conciliar el sueño fácilmente. Mi conciencia no cesaba de pensar en ese tal Alejandro que parecía querer atormentarme, el origen de todo lo ocurrido y la extrañeza de la situación… en Mía. Tras dar mil vueltas en la cama conseguí tranquilizar mi desazón, pero ocurrió de nuevo aquella desagradable experiencia. 

   Inesperadamente noté de nuevo la intensa claridad a mi alrededor. Sabía que algo malo estaba por suceder, aunque era consciente de que aún quedaban pistas que encontrar en el camino. Para mi sorpresa esta vez me hallaba en un lugar distinto, un amplio y luminoso apartamento que era muy diferente al nuestro. Esa habitación en la que estaba era un moderno salón abierto, conectado directamente con la cocina, cuyas paredes se cubrían de ladrillos color plomizo. También había plantas, portafotos y decoraciones por doquier. 

   De pronto salió Mía del interior de una de las habitaciones, y tras ella, un hombre que deduje que se trataba de Alejandro por sus característicos ojos azules. Ambos discutían acaloradamente, él alzaba la voz progresivamente mientras ella introducía apurada objetos en una mochila. Aparentemente, él le reprochaba algo que no le agradaba en absoluto, además agarraba bruscamente un teléfono móvil que en reiteradas ocasiones le mostró agresivamente. Permanecí inmóvil, en silencio, nadie se cercioraba de mi presencia. Fue entonces cuando Alejandro le  propinó un golpe a Mía en una de sus mejillas, que tras esto pasó a tornarse de un color rojizo. De inmediato me arrojé sobre él, pero no conseguí nada, puesto que mi piel traspasaba perfectamente la suya cuando éstas entraban en contacto. Tuve que presenciar impotente cómo Mía era víctima de la cólera de Alejandro. Tras unos cuantos insultos el hombre salió de la sala y ella, tendida en el suelo, comenzó a derramar lágrimas en silencio. Lentamente me acerqué a su lado, y ella se acomodó de tal forma que pude ver que tras su pena uno de sus verdosos ojos comenzaba a obtener un tono rosado, acompañado de una pequeña gota rojiza que aparecía en la comisura de sus labios. 

   Una melodía repentina se escuchó en la lejanía, a lo que Mía, sin siquiera mirarme a los ojos, se incorporó y fue hacia ella. Se trataba de su teléfono móvil, que había lanzado Alejandro al suelo y por lo que la pantalla lucía muy quebrada; aun así ella pudo distinguir su notificación, y para mi sorpresa, el que contactó con Mía en aquel momento era yo, o mejor dicho, mi antiguo yo. Conseguí descifrar que en el texto le pedía un encuentro con ella esa misma noche, a lo que respondió risueña. Todo era incoherente, y aún más cuando a pesar de todo ella apagó el aparato y se dirigió al cuarto donde estaba Alejandro. 

   Me asomé disimuladamente tras el marco de la puerta y observé cómo Mía se sentó tras él en el colchón. Acarició sus hombros, besó su espalda y percibió el aroma de su cuello. ¿Cómo podía comportarse de aquella manera? Su ingenuidad me enfureció y no soporté la malicia de aquel desalmado al aprovecharse así de mi Mía.

    En aquel momento volvió a ocurrir, sentí ese pinchazo en mitad del pecho. Observando mi camisa de pronto apareció un cerco rojizo que fue aumentando a la vez que el dolor característico lo acompañaba. Grité, aullé, pero de nada sirvió. Soporté en pie hasta que el dolor consiguió hacerme perder la consciencia y todo se tornó oscuro. Cuando mis ojos acertaron a abrirse, ya no me encontraba en aquel apartamento, sino en mi cama, aunque Mía ya no descansaba conmigo entre las sábanas. 

                                                       *** 

   Me dirigí a la cocina, pero no había rastro de Mía, solamente una pequeña nota en el frigorífico que indicaba que se había marchado a trabajar, lo cual corroboraba la soledad en la que me encontraba. 

  Permanecí sentado en una de las sillas mientras sujetaba un cigarrillo con una de mis manos a la vez que con la otra secaba el sudor de mi frente. Las rodillas me temblaban y mi conciencia me reprendía mientras trataba de encontrar la explicación que nunca conseguí descifrar. 

   Me negaba a confesarle a Mía todo lo que me estaba sucediendo, sabía que eso volvería a enojarla, y ya me había advertido que ésa sería mi última oportunidad para cambiar mi actitud. Estaba acostumbrado a lidiar con petulantes como Alejandro, Mía era la mujer que todo hombre habría deseado besar y tener entre sus brazos. Siempre estuve ahí para protegerla, excepto en esa ocasión. No soportaba la idea de tener que lidiar con esos extraños sueños todas las noches, de cada vez que observara a Mía ver  reflejado Alejandro en sus ojos, de sentirme engañado. 

   Mientras apuraba la última calada del cigarrillo planeé el que sería mi último movimiento en ese laberinto. En apenas unos minutos me encontraba vestido y con las llaves del coche en mano, saliendo apresurado e inquieto de casa me introduje en el que era nuestro Volkswagen blanco para dirigirme a mi destino. Casi sin ser consciente de ello, alcancé el domicilio más rápido que de costumbre, o al menos así me lo pareció. Nada más aparcar me aproximé a la recia puerta de madera, y sin pensarlo dos veces, uno de mis puños comenzó a golpearla sin apenas sentir las estocadas en los nudillos. Unos pasos desganados se aproximaban hacia ella, hasta que varios sonidos de cerraduras se escucharon y la extensa puerta se abrió, encontrando tras ella a Margarita, la madre de Mía. Era notorio que la mujer se encontraba confusa por mi visita sin el acompañamiento de su hija, aunque a pesar de esto, disimuladamente y manteniendo su generosidad, me permitió la entrada. 

  Mientras escuchaba el agua hervir en la cocina estuve deambulando por el amplio salón, observando el anticuado mobiliario que éste conservaba y cada detalle de las decoraciones que se podían encontrar en las vidrieras con recuerdos de viajes y eventos señalados. En la pared contigua al pasillo que conducía a la cocina podías deleitarte con una auténtica exposición de retratos familiares, donde entre hombres desconocidos y niños trajeados de marineros destacaba una amplia imagen de Mía. En ella lucía más joven, su mirada reflejaba inocencia y pureza. De pronto evoqué aquella primera visión, donde la encontré junto a Alejandro en ese tugurio, y entonces reparé en que lucía muy similar a aquella imagen. ¿Acaso estaría viajando a través de la vida pasada de Mía antes de enamorarse de mí? 

   Cuando trataba de acercar la vista lo máximo posible al retrato Margarita regresó con una bandeja que contenía dos tazas, por lo que tuve que acompañarla, evitando aquella fotografía y dejando, una vez más, dudas sin resolver. Observador mantuve unos minutos en silencio mientras la mujer removía la infusión con una cucharilla que producía un agudo tintineo al chocar con la porcelana. De vez en cuando pude percibir su impaciencia cuando clavaba aquellos ojos verdosos, al igual que los de Mía, sobre los míos. Finalmente, ella fue quién acabó con el silencio que comenzaba a abrumar preguntando acerca del motivo de mi inesperada visita. No sabía cómo comenzar la conversación, debía de ser discreto y cuidadoso, no me hubiera perdonado nunca perder a Mía por un error así. Irónico, ¿cierto? 

   Traté de mantener la calma, pero cuando comencé a rememorar cada visión que había vivido en la que mi Mía estaba junto a aquel hombre, la furia que me abarcaba no me dejaba pensar con lucidez, por lo que no tardé en extraer aquella fotografía de un bolsillo delantero de mi chaqueta. Al mostrársela a Margarita sus cejas se arquearon, mostrando una sorpresa que, cuando recordó que me encontraba frente a ella, trató de disimular. Cada cosa que descubría, cada paso que avanzaba en ese rompecabezas, me hacía sentir aún más engañado. Ella, ante mi notorio nerviosismo, confesó que se trataba de Alejandro, aquel Alejandro… Seguidamente me comenzó a relatar los tiempos en los que mi Mía y ese miserable estuvieron hasta comprometidos. La nostalgia en los ojos de Margarita se hacía más notoria mientras reiteraba en diversas ocasiones la bondad del hombre, y yo mismo pude percibir el gran afecto que ella seguía manteniendo por el que fue su yerno, sin mostrar aparente conocimiento de la oscura faceta que conocí en la visión. Sentí que el mundo se caía a mis pies. Parecía que aquel hombre trataba de arrebatarme todo aquello que me pertenecía. Furioso lancé la taza hacia la pared, mojándola con la bebida que ésta aún contenía, para después salir de la casa sin dar lugar a despedidas o explicaciones.

                                                   *** 

   Mientras conducía hacia nuestro apartamento no podía dejar de pensar en lo que me estaba sucediendo y en cómo podría regresar a lo que había sido mi normalidad. Me encontraba absorto en mis pensamientos, y cuando quise darme cuenta estaba conduciendo velozmente, sin dirección alguna ni concierto. Recuerdo cómo la ansiedad retumbaba en mi frente mientras Stand by sonaba en la radio, cuyos versos me atravesaban como puñales, intensificando más si cabía mi dolor. Solamente podía pensar en Mía. Lo último que recuerdo de aquello es el claxon de ese coche cuándo se encontró a escasos metros del mío, mientras la sonora canción seguía inundando todo el vehículo. El verso “sueña que sueña con ella, y si en el infierno espera, quiero fundirme en tu fuego” taladraba mis tímpanos cuando las luces del vehículo me cegaron. Al final regresé en mí, pero no pude evitar lo inevitable, por lo que decidí cerrar mis ojos y confiar en la suerte. Esperaba que el estruendo se produjera, pero cuando todo se detuvo permanecí en silencio, desconcertado. En el momento que volví a abrir mis ojos comprendí que la historia estaba ocurriendo de nuevo, pues no me encontraba en mi coche. 

   Me incorporé sobresaltado en el colchón, y ante la repentina tranquilidad comencé a palpar mi cuerpo en busca de vendajes o heridas inexistentes. Permanecía unos instantes reposando cuando la cerradura del apartamento rompió el silencio. Rápidamente me dirigí a la puerta principal, y tras ella apareció Mía. Me apresuré eufórico a abrazarla, pero al rozar su piel la traspasé sin apenas dificultad. Estaba volviendo a ocurrir, ella no me podía sentir. 

   La situación comenzaba a ser frustrante, no sabía cuánto tiempo más podría aguantar esas oleadas de sentimientos tan confusos. Con mirada lacrimosa permanecí observándola desde el final del pasillo, distraída lucía muy hermosa. Ya en el interior dejó su bolso y llaves sobre la encimera de la cocina, mientras observaba la hora y su notable inquietud aumentaba sin explicación aparente. Comenzó a recorrer todo el apartamento en busca de algo, hasta que alcanzó el dormitorio y encontró allí a mi antiguo yo. Ella silenciosamente entró, caminando delicadamente y acercándose a mi mesilla de noche, donde se encontraba su teléfono móvil. En aquel instante mi memoria recordó ese momento. Si me trataba de un viajero temporal había retrocedido un par de años. Aquel día Mía y yo habíamos tenido una abrumadora discusión, y fue de las primeras veces en las que ella me amenazó con marcharse de casa, la que era mi pesadilla hasta que apareció Alejandro. También fue de las primeras veces que prometí mejorar. 

   Junto al aparato reposaban varios botellines de cerveza y una cápsula vacía de somníferos. Mi cuerpo abarcaba gran parte de la cama, todas las persianas se encontraban bajadas y podía distinguir la inquietud de Mía cada vez que realizaba un amago de despertarme. 

   En el momento en el que ella alcanzó su teléfono se apresuró a la cocina, cerrando previamente la puerta del dormitorio y expulsando la bocanada de aire que aguardaba en su interior. Reposó el aparato encima de la encimera y se dejó caer apoyada en una de las paredes. Se mantuvo unos instantes en silencio, escondida, pensativa. Acertó a ponerse en pie y fue hacia el móvil, que para mi sorpresa el contacto de Alejandro rebosaba en él: llamadas, notificaciones, correos electrónicos… Ella, aparentemente consciente de ello, comenzó a responder algunos mensajes. Me aproximé para apreciar bien cada detalle, pero mi castigo fue ver cómo Alejandro suplicaba reencontrarse con ella. Angustiado de pensar que ese hombre no pertenecía solamente al pasado de mi Mía comencé a suplicar que esa visión acabase. Arañaba mi pecho, golpeándolo, mordiendo mis nudillos, desatando toda mi rabia. Deseaba acabar con Alejandro, la sensación de ver a Mía entre los brazos de otro era insoportable, y aún más tratándose de él. Cuando me sentía al borde del colapso apareció la característica mancha roja, y por primera vez sentí alivio al encontrarla. 

   Cuando regresé de mi alucinación me hallaba de nuevo en casa, esta vez reposando sobre un sillón del salón. Por un instante todo mi cuerpo se sintió en calma, y recorriendo la vista por la habitación volví a encontrar algo que me hizo regresar a la pesadilla que me martirizaba. Desde lejos pude ver el vibrante color de la tinta en la nota que estaba sujeta en uno de los portafotos que protegía una imagen de Mía y yo. 

   Rápidamente me puse en pie y, al aproximarme a ella, pude leer que lo que contenía escrito era “20:22”. Desconcertado observé el reloj de mi muñeca, el cual indicaba que aún se trataba del comienzo de la mañana. Seguidamente me dirigí hacia la cocina, pero lo que allí encontré me dejó inmóvil, pues a apenas un par de pasos de la habitación hallé otra nota junto a mis pies. Me agaché para alcanzarla y en ella leí un escrito distinto: “Ven conmigo”. 

   Continúe caminando sin apartar la vista del papel, y cuando entré en la cocina me encontraba rodeado de notas por doquier, las cuales abarcaban todas las paredes y muebles, consiguiendo que allá a donde mirase pudiera fijarme en las palabras "Alejandro", "20:22", "Mía", "Alejandro", "20:22", "Mía". Mi alma se corroía y mi paciencia parecía rozar su fin. Cerré la puerta bruscamente y comencé a buscar a Mía. La situación estaba al borde de colmar el vaso. 

   Me dirigí al dormitorio, pero en la cama solo pude encontrar miles de fotos de ella con el maldito de Alejandro: la besaba, la abrazaba, sonreían. La ira me consumía, gritaba y desordenaba todo aquello que encontraba a mi alcance. 

   No importaba a donde fuese, no era capaz de olvidar el pasado de Mía que había descubierto. De pronto escuché la puerta principal cerrarse, por lo que velozmente me dirigí a ella. Se trataba de Mía, la cual había entrado repleta de bolsas rebosadas de productos. Comencé a preguntarle por todo, saqué de mis bolsillos algunas notas, también confesé todo lo que había visto estos últimos días y hasta me parecía imposible mantener la calma. A pesar de todo no obtuve respuesta, por lo que impotente traté de empujar uno de sus hombros para captar su atención, aunque esto solo sirvió para hacerme ver que la pesadilla no había alcanzado su fin. 

   Boquiabierto comencé a caminar hacia atrás mientras mis ojos perplejos permanecían fijos en Mía. En ese momento me dirigí hacia el calendario más cercano y pude observar que el día a tachar correspondía con el de mi realidad: sábado 2 de agosto; exactamente hacía una semana desde que terminó mi normalidad. 

   Mía murmuraba mientras recogía sus compras, parecía molesta. Fue en ese instante cuando su teléfono móvil comenzó a sonar. Ella rápidamente lo atendió, y tal como esperaba, Alejandro se encontraba al otro lado de la línea. Tomé aire y me apoyé en una pared del salón, comprimiendo mi frente fuertemente a modo de intento de controlar mi ira. Mía sonreía, cambió drásticamente su humor y estuvo hablando largo y tendido hasta que, pasados unos minutos, se dirigió a uno de los sillones del salón. Se acomodó en él y su tono de voz se atenuó. Comenzó a hablar acerca de un destino que ambos parecían conocer, pero todo se desató cuando comprendí que el "juntos" de Mía no me incluía a mí, sino a Alejandro. La impotencia desembocó en las lágrimas y la zozobra me arrancó el aliento. Entre sollozos y alaridos pude distinguir como Mía acordaba con él la hora que previamente había leído: 20:22. En ese momento todo comenzó a dar vueltas alrededor de mí, la habitación crujía y se desmontaba al igual que un rompecabezas, al igual que mi vida. Mía se desvaneció y yo me adentré en una oscuridad inmensa. Notaba como mi cabeza retumbaba mientras oía lejana su risa, y fue en ese momento cuando escuché un fuerte sonido.

                                                      *** 

   Abrumado y cubierto de sudor me incorporé en la cama. El despertador de la mesilla de noche producía un estruendo insoportable que aumentaba los zumbidos
dentro de mi cabeza. Me ensañe con el aparato que, tras lanzarlo contra el suelo, sus mecanismos quedaron esparcidos por toda la habitación, iluminada por la tenue luz de la luna que las cortinas permitían ingresar. 

   Indiferente clavé mi mirada en las rojas luces del reloj, apreciando que ya se encontraba adentrada la tarde, exactamente eran las 20:15 h. No había rastro de Mía, por lo que me deshice de las sábanas que me envolvían y caminé desganado por la habitación. En mi rostro se distinguía la desesperación, los párpados caídos exhibían mi desolación y el ceño mi desconsuelo. Mientras aplastaba los engranajes del despertador solamente me podía centrar en el dolor que notaba en mi pecho, del cual la única causante era Mía.

  Arrastrando los pies alcancé finalmente la cocina, en la que efectivamente pude observar el día 2 de agosto aún sin tachar en el calendario, aunque para mi sorpresa no había rastro de las notas que había visto apenas escasos momentos. Recorrí cada pared de la casa, cajones, portafotos, y nada parecía haber sucedido. Aun así había algo dentro de mí que no callaba, un pequeño demonio me susurraba a cada instante el nombre de la mujer que parecía haber planeado destrozarme. Con la conciencia totalmente perdida agarré uno de los cuchillos más afilados que había en uno de los cajones de la cocina, y furiosamente coloqué mi antebrazo en la encimera, decidido a mis pensamientos. No podía aguantar esa situación mucho más. Cuando comencé a notar la frialdad de su filo rozándome recordé lo que la primera nota contenía: 20:22

   Me mantuve inmóvil, notando la leve presión que el cuchillo ejercía, hasta que pensé en algo mejor. Apagué todas las luces y empuñándolo aún me dirigí a la entrada del apartamento. En el trasluz se distinguía mi silueta erguida y la del arma afiliada. El dorado pomo de la puerta brillaba, esperaba pacientemente a que este produjera movimiento. Atento controlaba el paso del tiempo, y cuando mi reloj ya marcaba las 20:22 h escuché una llave al otro lado de la entrada. Alejandro no iba a robarme a mi Mía, aunque fuera lo último que hiciese. Esperé estático hasta que la puerta se abrió acompañada de un leve chirrido, y cuando la lámpara se prendió, inundando así toda la sala con su luz, cerré los ojos fuertemente y comencé mi cometido. Mientras usaba el arma grité "Mía" una y otra vez, aunque quizás no sólo me refería con él al nombre de la que aún era mi mujer. 

   No escuché alarido alguno, solamente como el filo rozaba su piel y las gotas rojizas salpicaban mi cuerpo. Al parecer irremediable la situación abrí mis ojos. El arma se deslizó entre mis dedos cuando frente a mí no encontré al hombre de cabellos rubios que me había arrebatado a mi mujer, sino tendido el esbelto cuerpo de Mía. Me agaché junto a ella lentamente, mientras acariciaba su castaña melena despeinada no pude contener un par de lágrimas que se deshicieron cuando chocaron con su mejilla. Junto a uno de sus brazos descansaba su teléfono móvil, que estaba encendido en un chat, que efectivamente, era el de Alejandro. El ceño me transmutó rápidamente cuando leí el último mensaje que Mía le había enviado a ese miserable: En 5 minutos comienza nuestra vida. Sin emitir palabra apagué el aparato, cogí todo aquello que pude guardar en una mochila y salí de aquella casa, no sin antes reposar sobre el recibidor mi anillo de compromiso. 

                                               *** 

   Aún evocando aquellos recuerdos noto como mi piel se eriza. Mientras camino percibo como el frío de la noche comienza a abrazar la ciudad. El ramo de lirios me envuelve con su olor, al igual que lo hacía Mía hasta aquel día. Con cada crujido de las hojas caídas recuerdo las experiencias que viví con ella, envidiando la suerte que gocé durante años. 

   Quizá ya no sentía lo mismo que yo por ella, y le podía hacer más feliz un “nosotros” que me remplazaba por Alejandro. Quizá pude verme reflejado en su dolor con cada visión, quizá no la quise como se hubiera merecido, quizá no pude envolverla con mi amor al igual que hizo Alejandro. Lo único que sé con certeza a día de hoy es que sólo yo podía ser de Mía, al igual que ella de mí, tal y como nos prometimos un día. 

   Tras el largo trayecto alcanzo el banco, nuestro banco preferido cuando éramos jóvenes, desde el cual admirábamos vistas a toda la ciudad. Sentándome en él percibo desde la lejanía los brillantes destellos de las farolas de las calles, escuchando los motores de los coches y los murmullos de los pájaros buscando refugio entre las copas de los árboles más altos. Y ahí está, junto a mí. Sobre ella reposo el ramo de lirios rosados, retirando las flores de la semana anterior y acariciando delicadamente las letras de su nombre.

 - Puede que Alejandro hubiera sabido hacerte más feliz que yo durante un tiempo, pero tú eres mi Mía, y eso nunca cambiará. Espero que allá donde estés hayas aprendido que soy el hombre de tu vida, así como a amarme mejor– Afirmo con seguridad para seguidamente besar el frío granito que descansa sobre ella y susurrarle– Hasta mañana, cariño. 









lunes, 30 de mayo de 2022

PREMIO SUBIRANA DE POESÍA. RESEÑAS

FILOSOFÍA DE LA CUCHARA, MIGUEL MARTÍNEZ LÓPEZ (Madrid, 1982), EDICIONES CÁLAMO. 

POR CARMEN MORENO LÓPEZ. 2 BACH. INV.

Miguel Martínez López es profesor de Filosofía en Bachillerato. Publicó su primer poemario en 2014, Mis pies de Mono. Su segundo libro de poemas, Viajes a una fresa, fue publicado en 2017. Ha participado en recitales y festivales de toda España. Sus poemas han aparecido en revistas y antologías como Poetas en Tiempos de crisis, Refugiamos, Psicopompo, Narrativa breve, etc. El libro se divide en tres partes. Donde se abordará desde el humor y la osadía imaginativa y verbal la gran paradoja existencial humana. Su razón le hace al hombre ser dueño e intérprete del mundo, pero ese supuesto dominio y arrogancia de poco le valen para comprenderse a sí mismo y para dirigir su vida libremente. Las cosas (la cuchara, la lavadora, los libros...) fruto de su inventiva y siempre a su servicio, serán los mudos testigos de su necesidad para comprender el mundo exterior y su mundo interior. Oficina de objetos despiertos “Mi jefe dice que soy un desastre.” Satiriza la falsa preocupación que muestran los jefes “Somos un simple número de expediente” y a su vez desarrolla el desastre de vida que comúnmente vivimos, desde pasar por una relación sentimental intensa que posteriormente sale mal hasta exponer lo desordenados o torpes que somos para mantener una rutina. “Oración de una lavadora” Analogía entre el funcionamiento de la lavadora y el existencialismo del autor. El valor del sentir, el tener posibilidad a estar perdido, a ser un caos, al ir lento, a disfrutar de lo inútil… Hoja seca de reclamaciones “Sopa de quejas” Relata la línea temporal del amor. El entusiasmo y las ganas del comienzo de una relación hasta encontrar la razón de por qué estás con esa persona e intentar averiguar la efusión que mantenía la relación. “Vampiros” Describe la dificultad para motivar a los alumnos en este obsoleto sistema educativo. Referencias como “soportamos biblias de programación” “Del mito a la regla de tres” queriendo expresar que el alumno debe saber y dársele bien todas las materias. La memoria sociedad anónima “Mi expedición es imposible” Crea una comparación a través de las inquietudes de ser niño, aventurero descubriendo nuevos lugares y personas a llevar una expedición y acompañar el cáncer de su madre donde acabará por descubrir el tumor. “La pirámide de Egipto” Cuenta desde su perspectiva el tener la oportunidad de viajar, en cambio su padre nunca tuvo esa opción. Así pues a través de imágenes nos podrá evocar los recuerdos de sus familia mientras viaja apreciando que su padre se interese por todos sus viajes. “La memoria S.A.” ¿Cómo inmortalizar el tiempo? Todo lo que hemos vivido en un momento se difumina, desaparece. Solo el estar del presente es eterno en ese momento. De pronto todo se borrará “El país de justo antes” Las ansias por llegar a un momento concreto se convierte en la mejor parte el camino para llegar a éste. Las expectativas, los nervios, las ganas porque llegue a veces es más emocionante que el propio momento que esperamos. 

https://vociferio.es/es/poeta/miguel-martinez-madrid/


POESÍA MASCULINA, LUNA MIGUEL SANTOS (1990), EDITORIAL LA BELLA VARSOVIA

Luna Miguel Santos es poeta, editora y traductora. Considerada como una de las escritoras más destacadas de su generación, ha publicado seis libros de poesía: Estar enfermo(2010), Poetry is not dead (2010), Pensamientos estériles (2011), La tumba del marinero (2013) y Los estómagos ( 2015), que han sido traducidos a otros idiomas. También es autora de la novela El funeral de Lolita (2018) y del ensayo El dedo. Breves apuntes sobre la masturbación femenina (2016). Como editora ha coordinado las antologías Tenían veinte años y estaban locos (2011) Pasarás de moda (2015), y ha traducido autores como Marcel Schwob, Arthur Rimbaud, Tracy K. Smith o Catalina Stanislav. Hazme volar es su primera incursión en la literatura infantil. Se trata de un libro muy realista que trata las acciones y sucesos cotidianos, por ello da la impresión de utilizar la técnica del diario. No se trata de una poesía convencional puesto que los poemas no poseen una estructura definida, ni cumple ninguna norma de los poemas tradicionales, Luna Miguel ha sabido incluir un compendio de poemas que ofrece temas, tonos y referencias de la generación Millennials muy variados puesto que trata de dar réplica al mundo actual tan complejo. Este libro refleja el amor, la incomprensión, la falta de deseo o la contemplación de los cuerpos ajenos sumergiéndose la escritora desde la perspectiva de un escritor hombre. La autora juega con la concepción del hombre hegemónico. Se puede observar que es un libro íntimo ya que parece abordar temas personales, a pesar de esto nos podemos identificar con ellos porque son recurrentes y comunes en nuestro día a día. Desde los sentimientos universales como el desamor que a menudo son imperceptibles para la pareja hasta que presiente que ya no se quieren. Esta obra integra la nueva masculinidad a la que se enfrenta la sociedad a día de hoy en la que retrata los miedos de un hombre que intenta reconstruirse. Creo que la intencionalidad de Luna Miguel es mostrar cómo los escritores a menudo escriben sobre apetencias sexuales e intimidades desde la perspectiva de una mujer cuando realmente está realizando desde su punto de vista masculino, esto es lo que se llama como male gaze, describe una forma de retratar y mirar a las mujeres que empodera a los hombres mientras sexualiza y disminuye a ser la otredad. Este concepto no se trata solo de cómo se utilizan a las mujeres y sus cuerpos para satisfacer la fantasía masculina. También sobre cómo esta mirada hace que las mujeres se sientan consigo mismas. Por otro lado, a las mujeres que escriben poesía de amor, sexualidad o cuerpos se les reduce a poesía meramente femenina. Sin embargo, abarcan temas, cualidades y experiencias mucho más allá de esta simple reducción.

PREMIO SUBIRANA DE POESÍA. RESEÑAS

 

UNA PEQUEÑA PERSONALIDAD LINDA, BERTA GARCÍA FAET, POR IVANNA CARRO. 2º BACH. INV.

BIOGRAFÍA 


Berta García Faet nació en Valencia en 1988. Es autora de los libros como La edad de merecer, Los salmos fosforitos (La Bella Varsovia, 2017; Premio Nacional de Poesía Joven Miguel Hernández 2018), Una pequeña personalidad linda (La Bella Varsovia, 2021) y otros cuatro poemarios, reunidos en Corazón tradicionalista. Poesía 2008-2011 (La Bella Varsovia, 2017). Es doctora en Estudios Hispánicos por la Universidad de Brown.




Una pequeña personalidad linda es una obra que recoge las canciones de una voz que se aventura: relatos que nos hablan de un yo andarín que sigue adelante. En un mundo de ecos antiguos, pero también desde la actualidad, este yo cantante camina y camina. Berta García Faet peregrina por universos fantásticos a la búsqueda de una búsqueda, de su acertijo. Después de las obras incluidas en Corazón tradicionalista, y de la experiencia tensionando lenguaje, pensamiento y emoción que proponían La edad de merecer y Los salmos fosforitos, Una pequeña personalidad linda inaugura un nuevo ciclo poético y vital. 

http://labellavarsovia.blogspot.com/2021/11/una-pequena-
personalidad-linda-berta-garcia-faet.html#:~:text=jueves%2C%2011%20de%20noviembre%20de%202021&text=Una%20peque%C3%B1a%20personalidad%20linda%20recoge,yo%20cantante%20camina%20y%20camina.

VALORACIÓN PERSONAL

 Al ser un poemario compuesto prioritariamente por canciones, su ritmo melódico hace que la lectura sea simple y divertida. Al tratarse en su mayoría de versos rítmicos, hace uso de diversos recursos lingüísticos que dotan a los poemas de gran musicalidad, algunos de los recursos más recurrentes son: paralelismo, anáfora, aliteración, poliptoton, entre otros. La secuencia de los poemas no sigue una trayectoria definida pero tienen en común un ritmo constante. Los versos son en su mayoría irregulares pero la estructura y su gran parecido en cuanto a recursos literarios hace que no se pierda el hilo de la lectura. Los temas que aborda hacen referencia en muchas ocasiones a la infancia, al crecimiento y desarrollo de los seres humanos y al sentido de la vida cotidiana.