jueves, 22 de noviembre de 2012

DIARIO DE LYVÁN

-¡¡Despierta!!- Fueron las palabras de mi amiga Diana- La profesora viene, está subiendo las escaleras, la he visto cuando me dirigía hacia aquí.
Aturdido y un poco inconsciente quité la mochila que en ese momento la estaba usando de almohada. Cuando acabé de despertarme completamente, me vinieron un montón de cosas a la cabeza: palabras, imágenes...
-¡¡Los deberes!!- Dije apenado, recordando con flojera lo que habían mandado  la clase anterior.
La profesora se había entretenido explicándole a un profesor nuevo dónde estaba  el departamento de Matemáticas. Iván, un compañero de clase, amablemente me ofreció copiarme los suyos; sin pensármelo, acepté, en ese momento tampoco  me iba a parar a pensar si los copiaba o no.
Por la parte final, donde desembocaban las escaleras, sonaba algo. Todo era silencio en aquella clase. Rápido nos dimos cuenta  de que era el taconear de sus zapatos, unos zapatos de cuero bueno y elegante de la talla 37.
Con suerte yo ya había acabado de copiar los deberes.

                                                          Lyván González (2º A)

3 comentarios:

  1. Cuánto me alegro, Lyván, de volver a leerte en este blog. Tiene mucho toque personal este diario y yo sé que, cuando tú quieres, escribes bien; a ver si te animas a partir de ahora y te vemos más por aquí. Un saludo.

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  2. Ojalá todo fuese silencio como tú dices, en la clase y en el pasillo. A veces cuesta mucho que lo haya. Me alegra que tengas tanto interés en llevar los deberes hechos y te felicito por lo original que resulta tu diario.
    Te animo a seguir escribiéndolos y a ver si tus compañeros también lo hacen.
    Un saludo

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