De una manera u otra Raúl nos llamó para bajar al salón de actos. Ya estábamos allí todos. Yo me preguntaba: ¿será ese?, ¿cómo hablará? El caso es que al principio no hablaba, pero cuando por fin lo hizo me encantó su acento con la z al final (creo que no se dio cuenta mucha gente, pero era algo que se notaba bastante).
Yo os contaría todas y cada una de las cosas que hizo, pero os voy a dejar con la intriga, ya que "cada uno siembra y recoge con su propia mano". Solo os diré que fue emocionante, increíble, y que estamos muy cerca de ser grandes poetas.
Alejandra Uzum, 1º D
Gracias, Alejandra, por querer compartir tu texto con los lectores de este blog. Sabes que tiene un toque muy personal, muy original. Yo creo que si lo ve Raúl, sonreirá cuando lea el título. ¿Tú qué crees?
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