miércoles, 24 de octubre de 2012

COMPAGINAR ESTUDIOS Y TRABAJO

ALBERTO ELÍAS DE AYALA: En muchos  países, un porcentaje alto de alumnos compaginan sus estudios, con trabajos a tiempo parcial, mientras realizan los equivalentes a nuestro bachillerato y la universidad.



Resulta bastante común encontrar jóvenes que adaptan sus estudios a otras actividades como el deporte, la música, la literatura, el arte, etc. Para muchos, la vida no gira solo alrededor del instituto, sino que tenemos curiosidades fuera de él. Cada uno de nosotros goza de sus propias pasiones o inquietudes y procura buscarles tiempo. Muchas de estas actividades, que son consideradas como extraescolares, cuadran con el horario del instituto, y no supone una gran dificultad compatibilizar ambas cosas. Incluso si es una actividad deportiva o musical existen centros especiales para los jóvenes que se dedican a ellas a la vez que acaban su educación.
El problema surge cuando la actividad se lleva a cabo de forma profesional o intensiva, porque lo que no resulta tan común es el caso de los jóvenes que en España compaginan el estudio con el trabajo. “Eso para cuando acabes la carrera o el máster” nos dicen los de nuestro alrededor. Una de las principales dificultades que se nos presenta es nuestro sistema educativo, que no está pensado para compatibilizarse este tipo de actividades.
 En mi caso, a principios de año decidí montar mi propia empresa, relacionada con temas de desarrollo informático. En un proyecto de este tipo resulta de vital importancia mantener una red de contactos entre los que se encuentren aquellas personas más destacadas dentro del sector. Por ello, mi socio y yo, nos vemos ante la necesidad de asistir continuamente a distintos eventos y convenciones relacionadas con Internet y dispositivos móviles, al igual que con temas más generales del sector de la informática. Y... ¡qué mala suerte! Siempre se organizan en días que tenemos clase. Tampoco debemos descuidar las reuniones. La cantidad de posibles clientes, colaboraciones o incluso inversores con los que hay que hablar es inmensa. El desarrollo de un producto no consiste solo en pasarte horas programando delante de tu ordenador para luego lanzarlo y ya está. Hay que presentárselo a muchísima gente, hablar con medios de comunicación, dar charlas, etc. Estas personas y empresas no están en Molina de Segura y, en la mayoría de casos, tampoco en Murcia. Están en Madrid, Barcelona o incluso Berlín, Londres, San Francisco... Sin olvidar el gran número de llamadas a realizar para mantener todo bajo control. Y claro, ¿en qué horario están abiertas las oficinas? Sí. Cuando estamos en clase.
Cada vez me resulta menos extraño pasar un fin de semana y volver en el autobús o en el tren estudiando un examen del día siguiente. O faltar una semana debido a que hay un evento fuera, o que se acumulen las reuniones pendientes. Nos encontramos bastante asentados por Madrid, donde tenemos una cantidad de contactos importantes en esa zona que necesitamos mantener. Por ello organizamos de vez en cuando una semana completa con reuniones de mañana y tarde, corriendo de una punta a otra para conocer a personas increíbles, aprender y sacar nuestro producto adelante.
Querer compatibilizar la empresa al mismo tiempo que los estudios, manteniendo ambos a un gran nivel, resulta mucho más complejo de lo que me podía imaginar cuando me sumergí en esta aventura. Esto sería imposible sin el apoyo del profesorado que no me ha puesto inconveniente alguno al tener que faltar una cantidad importante de días al centro e incluso, en numerosos casos, me ofrecen todo su apoyo para recuperar los días perdidos.
Me gustaría dedicar estas últimas líneas a defender un cambio en las posibilidad de compatibilizar los estudios con el trabajo. Montar una empresa no es común en personas más jóvenes (aunque con las nuevas tecnologías pueda estar más anuestro alcance), pero visitando países anglosajones y otras culturas europeas sí resulta más común el caso de que ya a los 14-16 años muchos estudiantes empiecen a realizar algún tipo de actividad laboral. La edad de comenzar esta primera incorporación al mundo laboral es menor fuera que en España y la cultura anglosajona les anima a ello. A partir de los 16 años se inicia legalmente la edad laboral. En muchos de estos países, un porcentaje alto de alumnos compaginan sus estudios, con trabajos a tiempo parcial, mientras realizan los equivalentes a nuestro bachillerato y la universidad.
Sin embargo, en España, la mayoría no ha tenido ni experiencia ni una mínima formación para la incorporación al mercado laboral. Y, menos aún, existe motivación para compaginar la formación académica con la incorporación al trabajo.
Considero que el trabajo es capaz de aportarnos grandes enseñanzas en nuestra vida que no podemos sacar de otros sitios. Nos aporta también una mayor independencia y facilita el desarrollo de nuestras siguientes etapas.
Sin duda es un tema complejo, con aristas, pero sobre el que merece la pena reflexionar y proponer alternativas.

                                                                              Alberto Elías de Ayala. B2IC

3 comentarios:

  1. Mi enhorabuena, Alberto, por tener las ideas tan claras y compartirlas
    en el blog de esta comunidad educativa.
    Efectivamente, el tema es complejo y merece una reflexión seria para
    proponer alternativas "oficiales", es decir, al Sr. ministro que está
    diseñando una reforma educativa que, por lo que yo sé, nada de esto
    contempla. Piensa en ello y mira el cauce para hacerlas llegar a la
    máxima instancia.
    Un saludo

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  2. Me parece muy bien que te comuniques en este blog y nos expliques lo que nos es pera el dia del mañana tanto a mi como a los demás.Espero leer otra informacion tuya y que sigas así.Buena suerte.

    Adios.

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  3. Adrían Hernández García1A30 de octubre de 2012, 13:03

    Esto no es fácil de hacer, Elías, eres un màquina.
    Ya me gustaría ,cuando vaya a bachillerato hacer
    algo así.

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