Desconozco si a don Pedro Calderón de la Barca le habrían gustado los escasos elementos decorativos con los que contaba el escenario, pero estoy seguro de que la interpretación no podría ser mejor. Hablo de la representación de La vida es sueño a la que asistimos en el teatro Villa de Molina el pasado martes 2 de febrero.
La obra carecía de los típicos escenarios recargados, llenos de ventanas y rincones donde siempre pasa algo. Al contrario, la atención se enfocaba en el único actor sobre el escenario que, a modo de narrador de todos los personajes que componen la trama, logró conmovernos con apenas la ayuda de unas telas y algunas cajas de madera.
Casi no eran necesarios los focos que lo alumbraban en el soliloquio del "lamento de Segismundo"; la simple presencia y la voz del magnífico actor erizaba la piel.
Conviene que de vez en cuando las obras cambien y se vuelvan interactivas, que no solo se trate de una representación sino de una experiencia.
El arte no es solo plasmar un sentimiento, también es crearlo y transmitirlo. Creedme cuando os digo que lo que aquel actor hizo sobre el escenario, entre nosotros, era verdadero arte.
Gracias a él y a todas las personas que hacen del arte una realidad. ¡Viva el arte!
Adrián Castellón García. 3º B
Esta obra de teatro me gustó mucho. Fue bastante enriquecedora porque al que no conoce la obra, como era mi caso, le informa de qué trata y le entran ganas de leerla.
Al principio de la obra estaba un poco desconcertado porque cuenta la introducción muy rápido. Pero al mismo tiempo el único protagonista interaccionaba con el público haciendo que tocaran determinados instrumentos, lo que le daba un toque especial a la obra y crea un lazo con el público.
Mientras va avanzando la historia, el personaje va actuando de tal forma que hace él solo los papeles de toda la compañía entera de actores, lo que se llama bululú.
La historia del personaje principal es la de un príncipe que, al haber sido encerrado de pequeño y al haber sido alejado de la sociedad, vivió como mitad hombre y mitad fiera.
Y ahora puedo decir que conozco algo sobre el teatro barroco y que comprendo el argumento de La vida es sueño de Calderón de la Barca.
Francisco Gregorio Alcaraz Mendoza. 3º A
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