martes, 28 de octubre de 2014

"Civilizado" por la fuerza

El tiempo parece consumirse cada vez más deprisa y no lo hace en vano. Lo quiera o no, mi cuerpo, mi mente, mi forma de pensar y de ver las cosas, el mundo, la gente...todo está cambiando. 
Cosas que pensé que jamás ocurrirían, ahora suceden a diario.
Noticias que procuraba no escuchar, ahora retruenan en mi cabeza y me atormentan.
El mundo empieza a convertirse para mí en lo que yo no quería que fuera: peligroso, inseguro, destartalado, injusto, solitario, desgarrador...
Ahora comprendo cosas que preferiría no comprender, y siento lo que creí que serían solo tonterías de la gente adulta.
La rabia, el odio, la envidia, la indignación, la protesta, la requeteprotesta...miles de sentimientos extraños que, por cierto, odio, y que me hacen avergonzarme, a la vez que compadecerme de mí mismo.
Jamás me ha gustado la hipocresía, ni, por supuesto, la gente hipócrita. Sin embargo me da miedo no serlo, por si molesto, me peleo o, simplemente, digo la verdad que algunos no quieren saber.
Siempre dije lo que creía o quería, sin tapujos ni distinciones. Ahora procuro hablar con el debido respeto y la entonación  indignamente correcta, o correctamente indignante; no importa.
Empiezo a mirar a los zagales/as como a hombres y mujeres. 
Sonrío con frecuencia, aunque con mayor dificultad según en qué ocasiones.
Ya no juego a la pelota o al escondite como me gustaría, porque "no es apropiado".
Respeto reglas absurdas y me río sin sentido mientras me enervo por dentro.
En fin, comienzo  a ser "civilizado" por fuerza.

                                                     Adrián Castellón 2ºB




1 comentario:

  1. Querido Adrián:
    Este reflexión tuya daría para muchas páginas de comentario, pero como no se trata de eso, simplemento quiero decirte dos cosas: una, enhorabuena por esa capacidad de observación que tienes y esa facilidad para ponerla en palabras. Dos, a pesar de todo lo negativo de la etapa por la que puedas estar pasando, piensa que las dificultades están fuera de ti, en la etapa del paso de la infancia a la juventud y todos sus descubrimientos. Tú no tienes ningún problema y no es asunto de hipocresía, es cuestión de respeto a los demás con los que tenemos que convivir y a muchos de ellos los queremos, por eso actuamos así. Un saludo y hasta tu próximo texto.

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