jueves, 31 de mayo de 2012

LA LEYENDA DE LA MOZA SANTA

Nota: este es el primer relato ganador de un premio literario del Departamento de Lengua Castellana y Literatura fallado el 23 de abril que se publica en el blog. En adelante irán apareciendo los demás. Este concretamente corresponde a la modalidad de narración del primer ciclo de ESO. El ganador recrea una leyenda que le contaron en un viaje que hizo por la comunidad de Castilla y León

Cuenta una leyenda que hace tiempo, una profetisa llamada Juana vivía en la Peña de Francia, una Sierra montañosa de Castilla y León. Una epidemia invadió aquella zona enfermando a Juana, pero antes de morir,  contó varios hechos que al poco tiempo se harían reales.
Ella dijo a sus padres:
“Mirad a la peña de Francia y rezad a la virgen María; allí hay escondida una imagen suya que pronto será encontrada”.
Unos días después, un parisino llamado Pierre  Roland estaba dando un paseo por París, era un sábado maravilloso, (este hombre se dedicaba a la geología y estaba los cinco días laborales de la semana investigando cuevas cercanas, ruinas, minas…) fue a su casa y se preparó una buena comida como recompensa del esfuerzo que había realizado a lo largo de la semana, cuando de repente se oyó una voz junto a él.
Esta decía:
“Pierre, partirás a la Peña de Francia, ve a León, tierra de occidente; allí encontrarás una imagen semejante a mí”.
Pierre se extrañó y a la vez se asustó, pero ignoró la voz.
Varias semanas después, tras pensárselo mucho decidió partir hacia León.
Pierre fue en carro y tardó diez días en llegar a León.
Él llevaba ya muchos días escuchando una voz en su interior que le decía:
-Pierre vela, vela y velarás, que en el pico más alto la encontrarás.
Esto le animaba más y más hasta que pasó de no estar muy interesado en la voz a estar totalmente ilusionado con descubrir de quién era esa voz y qué le quería decir.
Pierre creía que tardaría poco en descubrir qué era aquella voz gracias a su experiencia de geólogo para poder regresar pronto a casa, pero pasaron las semanas, incluso los meses y no descubrió nada.
Pierre se cansó y decidió recoger sus maletas y marcharse de León;  pero un día antes de partir de nuevo hacia París, una figura humana vestida con hermosos mantos y con una corona en la cabeza se le apareció delante. Él no se lo creía, pero tan pronto como descubrió que era verdad, se dio cuenta de que era una aparición de la virgen María. Esta le decía:
-“Pierre no abandones este lugar, sigue tu instinto y dirígete a la Peña de Francia, donde encontrarás la imagen”.
Esto obligó a Pierre a quedarse en León y buscar información de la Peña de Francia. Preguntó entre los ciudadanos, pero nadie había oído hablar nunca de esa Peña. También les preguntó a los ancianos con más fama de sabios del lugar, pero no sabían nada. Pierre pasó cinco años buscando la Peña de Francia, pero no la encontraba. Un día que Pierre tenía vacaciones se fue a dar una vuelta por León cuando de repente en un pequeño puesto de un mercado de pueblo oyó a unos carboneros que decían:
-“Carbón, carbón; carbón del bueno, nada más y nada menos que de la peña de Francia…”
Pierre los oyó y se le iluminó la cara, corrió hacia aquellos carboneros y les preguntó por la peña de Francia, los carboneros lo vieron tan entusiasmado que se negaron a decirle cuál de los 25 picos que hay en León era el que ellos llamaban “la peña de Francia”.
Pierre,  enfadado por la reacción de los carboneros hacia su pregunta,  esperó a que cerraran el mercado para seguir a los carboneros y dar con alguna pista.
Tras un largo camino a pie, llegaron a una pequeña aldea carbonera a los pies de una gran montaña. Este pueblo tendría alrededor de 800 habitantes, de los cuales un ochenta por ciento trabajaban recogiendo carbón de aquella zona.
Pierre se alejó de los carboneros sin que estos le vieran y fue a una de las casas más cercana, en la que una señora anciana de unos 72 años abrió la puerta y con mucha amabilidad atendió a Pierre.
Pierre le preguntó:
-¿Me podría decir usted donde se encuentra la Peña de Francia?
La señora señaló por encima del hombro de Pierre y dijo:
-¿Ves esas tres montañas de ahí?, pues la del medio es la Peña de Francia, las otras dos son Cleónidas y Carbonera.
Seguidamente la anciana le preguntó que si venía de muy lejos y Pierre le contestó que sí. La señora le dijo que pasara la noche en su casa y que partiera a la Peña de Francia al día siguiente. Pierre le hizo caso y pasó allí la noche.
Al día siguiente partió muy temprano hacia la peña de Francia. Tardó tres horas en subirla hasta arriba. Llegó arriba agotado y comenzó a andar por la cima cuando en un momento inesperado se le apareció la Virgen de nuevo y le dijo:
-“Pierre vela, vela y sigue velando que al punto sagrado estás llegando. Cruza las dos rocas esas de ahí delante y busca una gruta, allí estará mi imagen.”
Entonces Pierre bajó de la montaña y pidió ayuda. Algunas personas le creyeron porque decían que era justo lo que predijo Juana.
Subieron todos a la montaña y cavaron con mucho cuidado en el sitio,  seguramente con el mismo cuidado con el que la enterraron los otros cristianos para guardarla de los peligros.
Así fue como encontraron la imagen, exactamente el día 19 de Mayo de 1434 y la profecía de la moza santa Juana ya estaba cumplida. Desde entonces, todos los 19 de Mayo se celebra el día de la Moza Santa.
                                                                  José Fuentes Ros. 1º ESO B



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