Era
Nochebuena en Ciudad Cubo y los Compas estaban terminando de decorar su hogar.
Mike colgaba guirnaldas amarillas, Timba preparaba una montaña de galletas de
chocolate, junto a su abuela Hortensia, y Raptor probaba luces navideñas… que
explotaban cada 2 minutos.
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-¡No
toques ese cable, Raptor! -gritó Mike - ¡No queremos otra Navidad sin luz!
Pero
justo cuando terminaron de colocar el último adorno, el cielo se iluminó. Una
estrella dorada cayó del cielo, dejando a su paso una estela brillante.
-¿Una
estrella fugaz? - Preguntó Timba
- No...
le dijo Raptor ajustándose las gafas -¡Eso se ha estrellado detrás del bosque!
Los tres
salieron corriendo. Cuando llegaron, vieron la estrella atrapada entre los
árboles, temblando como si tuviera frío.
-¿Estás
bien? -Preguntó Mike acercándose.
La
estrella habló con una voz suave y atemorizada:
-Soy
Estelina, la estrella guía de la Navidad. Me han robado mi brillo… y sin él, la
Navidad perderá su magia.
Los
tres se miraron.
-¿Quién
te lo ha robado? -Preguntó Timba.
-Un
espíritu gruñón llamado Grinchox, que odia las fiestas -Respondió Estelina- Sin
mi brillo, el mundo no podrá sentir alegría esta noche.
-Pues
lo recuperaremos -Dijo Mike con decisión -¡Es Navidad, y nadie arruina la
Navidad de los Compas!
Guiados
por el tenue brillo de Estelina, subieron la montaña helada. Cada paso hundía
sus botas en la nieve. Raptor resbaló diez veces, Mike cinco, y Tima… Bueno,
Timba cayó redondo y terminó convertido en un muñeco de nieve con patas.
Al
llegar a la cima, encontraron el castillo de hielo de Grinchox, rodeado de
sombras verdes que murmullaban:
-¡Sin
brillo no hay Navidad! ¡Sin brillo no hay Navidad!
-Da
bastante mal rollo -Dijo Raptor.
-Pues
yo tengo un plan – Dijo Mike, sonriendo de forma sospechosa.
Los
tres se disfrazaron con ropa navideña: Mike de regalo gigante, Timba de árbol
de Navidad y Raptor… de reno. Aunque era más rosa que marrón.
Raptor
tropezó
El
frasco se cayó
Grinchox
abrió un ojo:
-¿QUIEN
INTENTA ROBAR MI TESORO?
Mike se
adelantó.
-¡No es
tuyo! Es de Estelina y del mundo entero. La Navidad es para compartir, no para
esconderla.
El ogro
gruñó:
-¿Compartir?
¿Eso qué es? Siempre he pasado la Navidad solo…
Timba,
con su voz más suave dijo:
-Pues
puedes pasarla con nosotros. Tenemos galletas...Muchas.
Raptor
añadió:
-Y
luces… aunque explotan.
Grinchox
se quedó en silencio. Por primera vez, sus ojos brillaron
-¿De
verdad… Puedo irme?
-Claro-
respondieron los tres a la vez.
Conmovido,
Grinchox abrió el frasco y dejó que Estelina recuperara su brillo completo. La
estrella resplandeció tanto que iluminó toda la montaña.
De
vuelta en ciudad Cubo, celebraron la Navidad juntos: Los Compas, la abuela de
Timba, Estelina… y Grinchox, que resultó ser un experto en decorar árboles.
-¿Sabes?-Dijo
Raptor mientras mordía una galleta -Esta ha sido la mejor Navidad de todas.
-Porque
lo hicimos juntos -añadió Mike
Se oyó
un ronquido, ¡Cómo no!¡Era Timba!
Los
cuatro empezaron a reír: ¡jajajajajajaj!
Mientras
haya amistad, la Navidad nunca perderá su magia.
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